Este 2023 promete grandes encrucijadas para América Latina. Encrucijadas que, en líneas generales, deben dar el tono de por dónde va a ir la región en esta tercera década del siglo XXI convertida ya (tras la pandemia y la invasión rusa a Ucrania) en un parteaguas de la evolución de la historia latinoamericana y mundial.
Cabe esperar que sea un año relevante para toda la región atendiendo a tres parámetros:
1-. Desde un punto de vista político, para saber si la región vive un nuevo “giro a la izquierda” o, más bien, un voto de castigo permanente a los oficialismos.
2-. Desde una perspectiva económica, para conocer si continúa o no la parálisis económica y reformista que aleja a la región de la posibilidad de cambiar su matriz productiva y para vincularla a la IV Revolución industrial y alcanzar un crecimiento económico con desarrollo social.
3-. Y desde una visión geopolítica para comprobar si Latinoamérica pierde su condición de región periférica y se convierte en un relevante actor internacional fortaleciendo nuevas alianzas estratégicas con, por ejemplo, la Unión Europea.
Para saber afrontar con éxito los desafíos que se otean en este horizonte, analizamos con foco estratégico las claves por las que los próximos meses serán, pues, decisivos para todo el territorio, tanto desde una perspectiva económica como geopolítica.