Durante el discurso de apertura de su mandato en 2019, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció su intención de poner en marcha una Conferencia sobre el Futuro de Europa. La idea, según dijo, era ofrecer la oportunidad de reflexionar en profundidad sobre el rumbo de la Unión Europea y su estructura institucional. La conferencia estaba prevista para dar comienzo en mayo del pasado año, pero la pandemia truncó su preparación, obligando a los líderes europeos a reorganizar las prioridades más inmediatas.
Durante el 2020 se fueron sucediendo diferentes declaraciones y posiciones por parte de las instituciones europeas, en especial, desde el Parlamento Europeo, para lograr abordar los planes de su lanzamiento. Las tres instituciones principales de la Unión debían ponerse de acuerdo en la estructura y la base para su organización. Durante este tiempo, el Parlamento y la Comisión Europea han abogado porque este sea un proceso que conduzca a recomendaciones concretas que puedan transformarse en acciones y que los resultados de la conferencia se transformen en iniciativas legislativas o modificaciones de los Tratados. Sin embargo, desde el Consejo, formado por los líderes de los 27 Estados miembro, no ha habido voluntad para avanzar hacia una modificación de los Tratados. Además, el debate sobre el liderazgo de la conferencia ha sido también uno de los factores que han impedido al Consejo alcanzar un acuerdo sobre una posición definitiva.
En el mes de junio de 2020, el Consejo Europeo acordaba su posición señalando algunos de los posibles temas a tratar durante la conferencia que podrán servir de orientación:
– Sostenibilidad, incluida la transición verde y justa y la neutralidad climática para 2050 (cambio climático y protección del medio ambiente; crecimiento sostenible; cohesión, convergencia y desarrollo regional; igualdad y justicia social);
– Desafíos sociales (salud pública; desafíos demográficos; divisiones y desigualdades generacionales, territoriales y educativas; igualdad entre mujeres y hombres; protección social adecuada y mercados laborales inclusivos; enfoque integral de los desafíos migratorios);
– Innovación, competitividad y transformación digital (competencia leal; habilidades y futuro del trabajo; investigación y desarrollo);
– Valores, derechos y libertades fundamentales (democracia; igualdad; estado de derecho; pluralismo; libertad de expresión; lucha contra la desinformación y fortalecimiento de la confianza en las instituciones públicas; inclusión; el papel de la educación y la cultura);
– Rol internacional de la UE (abordar los desafíos geopolíticos en el entorno global posterior a la COVID-19; intereses y valores; autonomía estratégica; multilateralismo y cooperación; seguridad y defensa; comercio y cadenas de valor; protección fronteriza; la acción exterior de la UE).
Maroš Šefčovič, vicepresidente de la Comisión Europea para relaciones interinstitucionales, señaló poco antes, durante una intervención en el pleno del Parlamento Europeo, que incluso se podría hablar sobre fiscalidad justa y cómo se puede mejorar nuestra lucha comunitaria contra el fraude y la evasión fiscal.
Acuerdo final:
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La participación se va a concentrar a través de una plataforma digital interactiva multilingüe para organizar los debates en toda la Unión.
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El alcance de la conferencia deberá reflejar las áreas en las que la Unión Europea tiene la competencia para actuar, o en las que la acción de la UE beneficiaría a los ciudadanos europeos, centrándose en temas que realmente importan a los ciudadanos, con impactos duraderos y un amplio alcance -sin llegar a concretar aún cuáles serán-. La conferencia facilitará un debate sobre los desafíos que enfrenta la UE, incluidos los provocados por la pandemia de COVID-19. Como reflejo de la Agenda Estratégica de la UE, también debería abordar temas políticos como el cambio climático, las cuestiones económicas y sociales y la transformación digital. Los ciudadanos son libres de plantear cuestiones adicionales que les interesen.
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Estará bajo la autoridad de las tres instituciones, representadas por el presidente del Parlamento Europeo, el presidente del Consejo y la presidenta de la Comisión Europea, que actuarán como su presidencia conjunta. El trabajo de la presidencia contará con el apoyo de un comité ejecutivo, compuesto por tres representantes y cuatro observadores de cada institución. Los parlamentos nacionales participarán de manera activa, así como otros órganos o grupos, en particular el Comité de las Regiones y el Comité Económico y Social Europeo.
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El resultado final de la conferencia se presentará en un informe a la presidencia Las tres instituciones examinarán rápidamente cómo realizar un seguimiento eficaz de este informe, cada una dentro de su propio ámbito de competencias.
Este foro de debate va a ser una oportunidad única para sacar a la palestra los temas que más preocupan a los ciudadanos y cómo deben orientarse el proyecto y los esfuerzos europeos para lograr satisfacer esas necesidades. Se organizarán eventos nacionales y regionales en los que se pretende dar voz a propuestas y perspectivas de cambio. Según señala una encuesta del Eurobarómetro llevada a cabo a finales de 2020, tres cuartas partes de los europeos consideran que la conferencia tendrá un efecto positivo en la democracia dentro de la Unión. El 51 % de los encuestados desearían participar en ella de forma activa.
La declaración conjunta acordada hace unos días fue firmada por el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, el primer ministro portugués, António Costa, en representación del Consejo de la Unión Europea y la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, el pasado miércoles, 10 de marzo, durante la sesión plenaria. Se espera que pueda arrancar en un evento formal de lanzamiento el 9 de mayo, Día de Europa, en Estrasburgo (Francia) -un año después de la fecha inicialmente prevista. Asimismo, se pretende que la conferencia tenga una duración de un año y elabore unas conclusiones durante la presidencia francesa del Consejo, en la primavera de 2022.
Artículo de Carolina Serrano, consultora del equipo de Public Affairs ATREVIA Bruselas.