La impresión 3D genera una amplia variedad de oportunidades de negocio, pero hasta hace bien poco no estábamos cerca de poder afirmar que este método de impresión llegó para quedarse. Aunque este modo de producción de objetos es ya una realidad que está cambiando cómo las empresas diseñan, modelan y crean, también es cierto que su implantación en nuestro país dista de ser ágil.
Las ventajas de la impresión 3D son múltiples y sectores como el de la medicina, la automoción, la ingeniería aeroespacial o la arquitectura ya están implantando soluciones 3D y, sin duda, irá a más a medio y largo plazo.
En la actualidad ya es posible imprimir en 3D coches, comida, edificios y hasta aviones, todo ello constreñido aún al ámbito de lo profesional, pero desde la aparición de las impresoras 3D orientadas al consumidor final, el mercado ha ido adaptándose y los precios han ido bajando, democratizando así el acceso a este modo de producción de objetos en los hogares. Este descenso de los precios y, sobre todo, la inclusión de las impresoras 3D en los planes educativos es lo que va a terminar haciendo de estas impresoras un bien necesario para las familias.
Si bien el abaratamiento impulsa la difusión de la impresión 3D, aún quedan barreras que dificultan a los hogares el acceso a esta tecnología y son –fundamentalmente- el desconocimiento de las personas para diseñar en 3D y la falta de una herramienta definitiva que facilite la impresión. Para el buen uso de estas impresoras son necesarios una serie de conocimientos como diseño, calibración, etc. que la mayor parte de la población no tiene. Por lo tanto, es necesario contar con una formación específica a varios niveles.
En este contexto, los escáneres van a jugar un papel clave y la industria lo sabe. Prueba de ello es que cada día se están creando escáneres 3D más económicos y sencillos de utilizar. Una vez que se popularicen las herramientas que permitan que los usuarios puedan digitalizar de forma sencilla objetos en 3D de su vida cotidiana, va a haber mucha materia prima para imprimir y este método de impresión se disparará.
La impresión en 3D ha llegado para quedarse, de eso no cabe ya ninguna duda, cada día aparecen nuevas aplicaciones de este modo de impresión, más allá de crear meras réplicas de objetos o piezas de los mismos, gracias a –por ejemplo- el descubrimiento de las células madre, ya se investiga en la posibilidad de fabricar tejidos vivos.
En resumen, las nuevas tecnologías, el abaratamiento de los productos, las mejoras en los materiales y el acercamiento, tanto al mercado residencial como al profesional de las nuevas tecnologías de digitalización en 3D, están contribuyendo a que ya seamos un país muy preparado para la impresión en 3D.