Javier Comas
Durante años, la confianza fue un valor intangible, relegado a la retórica corporativa. Hoy, sin embargo, se ha convertido en un activo estratégico: el barómetro que mide la legitimidad de las compañías ante clientes, empleados, inversores, reguladores, medios y sociedad. No aparece en los balances, pero determina la capacidad de una empresa para influir, atraer talento o acceder a alianzas. La confianza corporativa e institucional, aquella que una compañía inspira en su entorno, no nace de la comunicación ni del marketing,…
La esfera de influencia de un líder ya no se limita a su consejo de administración o a su equipo directivo. Se extiende a instituciones empresariales, organismos reguladores, medios de comunicación, foros sectoriales, asociaciones profesionales, think tanks y comunidades académicas. En todos esos espacios se construye el relato sobre qué sectores son estratégicos, qué compañías son referentes y qué líderes se consideran interlocutores legítimos ante el poder público o la opinión pública. Y esa legitimidad —la de ser escuchado, citado o convocado—…