La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado la tribuna de Núria Vilanova titulada “Comunidad Iberoamericana: la gran apuesta”, en la que comparte sus reflexiones sobre las cumbres iberoamericanas, que actualmente cumplen un papel esencial y necesario en el sector empresarial a nivel mundial.
«La Comunidad Iberoamericana, que celebra en Cartagena de Indias el 28 y 29 de octubre su reunión bianual, atraviesa un periodo de transición en el que trata de definir cuál debe ser su lugar en el mundo. Y todo indica que, de la mano de Rebeca Grynspan al frente de Segib, ese espacio y ese papel en la comunidad internacional ya está tomando forma y se consolidará en una cumbre que estaba llamada a ser la Cumbre de la Paz en Colombia y que ahora será la Cumbre por la Paz, como ha dicho recientemente la propia secretaria general en Madrid.
Lo primero que está claro al contemplar las cumbres iberoamericanas, que van acompañadas de una de las citas empresariales más exitosas del mundo, es que no son, ni nunca fueron, algo coyuntural. Todo lo contrario: este año, en Cartagena se cumplen 25 años desde que se iniciaron gracias al impulso del Rey Juan Carlos y los presidentes Felipe González y Salinas de Gortari. En este tiempo, la Comunidad ha cumplido un rol clave en cada una de las coyunturas que ha afrontado. Primero, como plataforma de proyección de los intereses de España hacia América y de Latinoamérica hacia Europa en los 90. Luego, en la pasada década, como foro de cooperación, de la mano de Enrique V. Iglesias. Y ahora, los nuevos retos hacen que la Comunidad esté en busca de un nuevo rol en el mundo.
Grynspan apuesta por una Comunidad con más legitimidad hacia el interior, lo que redundará en mayor fortaleza como actor global: latinoamericanizar el proyecto para que los ciudadanos de esa región no lo vean como una iniciativa alejada de su realidad. Para ello, promueve que la Comunidad muestre que es herramienta útil para los ciudadanos. Y ser eficaz para América Latina supone incidir positivamente en los retos de la región. Un área que, tras el fin del auge de las materias primas, está obligada a seguir la vía de ser más competitiva. Para ello es clave invertir en capital físico (infraestructuras) sí, pero sobre todo en capital humano (educación): ser más innovadores, estimular el emprendimiento, diversificar las economías«.
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Si quieres leer de forma completa la tribuna de Núria Vilanova en La República, puedes hacerlo aquí.