Y lo peor es que este “manoseo” se estaría dando en todos los espacios, tanto por el lado de las empresas como por el de los poderes públicos. Intentaré explicar por qué.
Por lo que afecta al ámbito corporativo, y si somos sinceros, a día de hoy muchas compañías utilizan los ODS como un simple “Packaging de Comunicación”, como marco para contar lo que ya venían haciendo desde hace años, pero no como un filtro para tomar las decisiones importantes (es decir, para hacer cosas distintas de las que ya venían haciendo o, sobre todo, para dejar de hacer algunos programas que van contra la sostenibilidad). Llevando este argumento al límite, podríamos perfectamente coger cualquier informe anterior a 2015, fecha de lanzamiento de los ODS, “empaquetar” las acciones realizadas bajo el paraguas de la Agenda 2030… y no pasaría nada.
Los datos son bastante concluyentes. En una investigación que hicimos Fundacion Seres y Atrevia del 19 de enero al 19 de febrero de 2021, el 88% de las empresas consultadas utilizaban los ODS como marco de comunicación de las acciones que ya venían desarrollando en materia de RSC / Sostenibilidad, pero sólo el 18% los tenía en cuenta como filtro en el proceso de toma de decisiones. Este dato se complementa con otros dos: el 85% de las empresas consultadas nunca han cerrado un proyecto en marcha o dejado de hacer un proyecto en fase de lanzamiento por influencia de los ODS, frente a solo un 7% que declaran haber parado algún proyecto por contravenir la Agenda 2030.
Y es que, en mi opinión, los ODS “vuelan demasiado alto” para las empresas. De las 169 metas en las que se desglosan los 17 Objetivos, no es fácil encontrar una que no necesite ser traducida a indicadores gestionables y accionables por las empresas; de igual forma, es muy complicado encontrar una empresa que impacte positivamente en más de 5 objetivos. No obstante, y según se ha señalado, en un informe realizado por BlackRock titulado «Sustainable Investing: Integración de los ODS en las inversiones», se afirma que, “en un mapeo de los 980 indicadores de sostenibilidad financieramente importantes identificados por el Consejo de Normas de Contabilidad de la Sostenibilidad («SASB» por sus siglas en inglés) con los 242 indicadores de país de los ODS, revela una coincidencia de hasta el 70%”.
Aún así, creo que es difícil que los ODS tengan traducción directa en el día a día empresarial, al contrario de lo que ocurre con los procesos regulatorios de la UE en materia de financiación sostenible (taxonomía), informe de sostenibilidad, gobierno corporativo sostenible, o diligencia debida, por poner solo unos ejemplos. En otras palabras: el Tsunami regulatorio procedente de Europa sí tiene un impacto directo en la gestión diaria del de las empresas, mientras que los ODS quedan más bien en un plano inspirational».
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