El Consejo de la Unión Europea dio luz verde, en sus conclusiones del 15 de diciembre de
2020, a la implantación de una etiqueta común de bienestar animal que se extienda en toda la
UE. El objetivo del sello es certificar unas condiciones de bienestar animal más exigentes que
las actuales, ante unos consumidores cada vez más interesados en el origen y condiciones de los productos que llevan a su mesa.
Las conclusiones del Consejo reflejan la intención de establecer un etiquetado armonizado de bienestar animal a nivel comunitario, al mismo tiempo que se insta a la Comisión a evaluar el impacto del sello en cuestión, teniendo en cuenta una serie de criterios específicos; entre otros: unos requisitos legales que vayan más allá de la legislación ya vigente en la UE, la inclusión gradual de todas las especies ganaderas,
que cubra todas sus etapas vitales – desde su explotación hasta su sacrificio –, y la garantía de la coordinación con aquellas etiquetas que ya están en el mercado.
La preocupación por el bienestar animal ha sido una de las prioridades clave del mandato de la presidencia del Consejo, que hasta ahora estaba en manos de Alemania.
Inés Domènech, consultora de nuestro equipo de Public Affairs desde nuestras oficinas en Bruselas, lo analiza en un nuevo contenido para La Batidora, el hub de comunicación sobre alimentación de ATREVIA.
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