La Generación Z es la primera que está formada por nativos digitales, jóvenes que son emprendedores precoces, ya que prácticamente se han educado y socializado con Internet en el bolsillo. Para aprovechar todo el talento y el potencial laboral de esta generación, las empresas deben adaptar sus estructuras y hasta su visión de la actividad. De hecho, la incipiente irrupción de los jóvenes Z en el mercado de trabajo ya está modificando algunos de los patrones de selección y de contratación en las compañías.
Un ejemplo de ello es la creciente generalización del método del currículum ciego (aquel que no aporta datos personales) en los procesos de selección de candidatos, ya que la competencia por el talento hoy en día es enorme, con independencia de dónde haya estudiado el aspirante, de cuál sea su región o país de origen, o del máster que haya cursado.
Otra tendencia que cobra impulso gracias a la Generación Z es la de la economía colaborativa, que estos jóvenes profesionales propician, tanto en calidad de usuarios como en calidad de emprendedores y prestadores de servicios. Gestionar este nicho de mercado puede ser clave para el diseño de puestos de trabajo futuros, así como en las iniciativas para reducir el desempleo.
Estos datos, recogidos en el informe Generación Z. El último salto generacional, elaborado por ATREVIA y Deusto Business School, muestran a las claras la enorme repercusión que, en todos los ámbitos, suponen estos jóvenes que comienzan a integrarse en el mundo laboral.