España inicia 2025 con un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) de 1.184 euros y una tasa de paro en mínimos desde 2008. Sin embargo, economistas advierten de que el crecimiento podría resentirse debido a la inflación y la incertidumbre global.
El Real Decreto 145/2025, publicado en el BOE, oficializó la subida del SMI, una medida celebrada por el Ministerio de Trabajo como un avance contra la desigualdad, pero criticada por empresarios por su posible impacto en el empleo. Mientras tanto, según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a finales de enero, el paro cayó al 10,6% en el cuarto trimestre de 2024, impulsado por un turismo récord de 94 millones de visitantes.
El PIB creció en España un 3,2% en 2024, con previsiones del 2,5% para 2025 según la CEOE, aunque el FMI lo ajusta al 2,3% por riesgos externos. El Banco de España alerta sobre el impacto de una inflación del 3% y un posible ajuste inmobiliario, mientras la deuda pública ronda el 97% del PIB.
En enero de 2025, el BCE redujo en 25 puntos básicos los tipos buscando estimular la economía de la eurozona ante señales de desaceleración. Sin embargo, Pierre Wunsch, responsable de política monetaria del Banco Central Europeo, advirtió sobre el riesgo de realizar recortes excesivos en las tasas de interés sin una evaluación cuidadosa. Además, las exportaciones españolas de bienes y servicios crecieron un 2,7% interanual en el cierre de 2024, según el Informe Mensual de Comercio Exterior. A pesar de estos datos positivos, la economía española enfrenta desafíos debido a la inflación persistente y la incertidumbre en el panorama económico global.