La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado la última tribuna de la presidenta de ATREVIA, Núria Vilanova, titulada «Creemos en Colombia, creemos en Iberamérica».
Los 400 presidentes de grandes compañías de toda Iberoamérica que hemos participado en el reciente VII Congreso de CEAPI hemos reafirmado nuestro compromiso con sus nuestros países y con la región: invertir en ellos y en ella nos hace más fuertes. Queremos contribuir y colaborar con los gobiernos para crear una mejor Colombia y una mejor Latinoamérica.
Empresarios y alcaldes de grandes ciudades colombianas e iberoamericanas, coincidimos en el diagnóstico: las fortalezas superan las debilidades y el balance es positivo para emprender la senda del crecimiento y evitar otra década perdida. Para ello es fundamental que en Colombia y en toda la región, responsables políticos y agentes económicos y sociales alineen sus objetivos para favorecer la inversión interna y externa.
Partimos de un país con ganas de salir adelante; con un mercado de 50 millones de personas y acceso directo a otros grandes mercados y que interesa al mundo por sus materias primas, biodiversidad, sector alimentario, capital humano o posibilidades en ‘nearshoring’. Colombia tiene que aprovechar estos activos, como ya hacen numerosas empresas, que se abren camino como potentes multinacionales, como Cox Energy y su desembarco en España a través de Abengoa; Nutresa, que ya aglutina 60 marcas en 19 países o Juan Valdez, con tiendas en más de 30 mercados.
En el debe, generar más energía limpia y renovable para liderar sectores como la IA; reducir un déficit fiscal sin subir impuestos, sino acabando con la economía informal y mejorando el uso de recursos públicos o una mejora de la gobernanza que, además de reforzar las instituciones, apueste por la descentralización, acercando la gestión a sus ciudadanos. No olvidemos que los inversores buscan ciudades sostenibles y seguras y que, en Colombia, muchas han demostrado su capacidad para transformarse y generar riqueza. Se merecen más recursos.
Mención aparte merecen los jóvenes. En Latinoamérica hay 30 millones -solo en Colombia son 3 millones- que ni estudian ni trabajan. Hay que evitar que acaben en la marginación, ofreciéndoles formación para la empleabilidad. Un campo en que las empresas pueden ser corresponsables, reservando un porcentaje de su plantilla para contratarlos y prepararlos para el futuro.
Para atraer inversores, también es preciso acelerar la integración regional en todos los ámbitos institucionales, productivos o regulatorios. Del mismo modo que el multilateralismo y la cooperación es el camino para combatir problemas globales como el narcotráfico, la ciberseguridad o el cambio climático. Sin olvidar la conexión con España como puente con Europa y Oriente Medio.
Un contexto en que los políticos tienen que escuchar a los empresarios, y comprender que estamos en un momento único; que las oportunidades pasan y las ventajas competitivas desaparecen. Para mejorar la vida de la gente necesitamos certidumbre, porque los negocios no pueden depender de ciclos electorales. Es urgente poner las capacidades públicas y privadas al servicio del crecimiento.
Como se dijo en el Congreso, Colombia sí puede. Tiene una cultura democrática de 200 años y unos empresarios que reafirman su compromiso y confianza en el país y están dispuestos a seguir invirtiendo en la región. Gobiernos y empresas nos necesitamos. Pensemos todo lo que se puede avanzar juntos y lo que ocurrirá si no hacemos nada. Sabemos lo que tenemos que hacer, hagámoslo Contemos con las empresas para fortalecer nuestros países.
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