La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado la última tribuna de nuestra presidenta, Núria Vilanova, titulada «Las ‘multi-iberoamericanas’ relevan a las ‘multilatinas’».
La semana pasada, más de 500 presidentes de compañías y líderes institucionales nos reunimos en Sevilla para celebrar el VIII Congreso empresarial iberoamericano del Ceapi, bajo el lema Conectamos Continentes, construimos oportunidades. Un encuentro en el cual presentamos el manifiesto “Diez propuestas para una Latinoamérica más conectada con la Unión Europea”, con el fin de alimentar el debate y la toma de decisiones ante la cumbre UE-Celac de Santa Marta en noviembre.
Un documento que ha suscitado un amplio consenso, incluido el apoyo expreso del Gobierno de España, a través de su Ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, y que asume que, en un mundo multipolar, marcado por nuevas tensiones comerciales y transformaciones geopolíticas, Iberoamérica tiene una oportunidad histórica para redefinir su papel económico global.
Un reto que pasa por sustituir las compañías ‘multilatinas’, centradas en su expansión en los mercados vecinos en América Latina y en algunos mercados clave extra regionales y que ya han cumplido su ciclo vital. Y su reemplazo por las recién nacidas empresas ‘multi-iberoamericanas’, con una mayor proyección exterior y global. Los hechos lo avalan. Hace pocos días conocimos el informe ‘Global Latam 2025’, elaborado por Icex y Segib, que deja dos datos: la inversión de las empresas latinoamericanas en España alcanza 66.844 millones de euros, más del doble que en 2010, y Colombia con 6.022 millones y un 9% del total, es el cuarto país inversor de Latam en España y el que más crece.
En las nuevas dinámicas globales, las ‘multi-iberoamericanas’ suponen una evolución natural. Compañías con ADN latinoamericano que han dado el salto a Europa, especialmente a través de España, y viceversa: firmas españolas que expanden sus operaciones en Latam. Esta bidireccionalidad articula un eje económico iberoamericano robusto, con capacidad de competir globalmente, y consolida un mercado que suma 1.100 millones de ciudadanos y representa 25% del PIB mundial.
España, por su doble pertenencia a Europa y a Iberoamérica es la plataforma idónea para la internacionalización de las empresas latinoamericanas hacia Europa, Asia y Medio Oriente. Y, a la inversa, facilita también la expansión de empresas europeas hacia América Latina, en un contexto donde la rivalidad geopolítica entre China y Estados Unidos vuelve a poner en valor a Iberoamérica como región estratégica.
Las ‘multi-iberoamericanas’, además, están vinculadas a un nuevo enfoque de cooperación productiva a través de alianzas transformadoras, sobre todo en cinco sectores identificados como estratégicos para acelerar el crecimiento económico de Latinoamérica: energía y agua, minería, agroindustria, turismo y educación. Además, las ‘multi-iberoamericanas’ tienen que ser catalizador de otros cambios como la reducción de una informalidad laboral cercana al 48% en la región, la lucha contra la pobreza o la formación de talento, por citar algunos.
Pero las ‘multi-iberoamericanas’ también tienen un papel en el marco político. Cuantas más allá, más simétrica será la relación UE-Celac, creando un espacio económico y geopolítico alternativo, más autónomo, resiliente, inclusivo y sostenible.
En conclusión, el fin de las ‘multilatinas’ y el nacimiento de las ‘multi-iberoamericanas’ no es solo cuestión evolutiva y de supervivencia. Es una actitud propia de una Iberoamérica que quiere estar conectada más conectada con la UE. Porque no se trata solo de operar en Iberoamérica, sino de ser iberoamericano, ya seamos personas o empresas; de tener una visión del mundo más amplia, ambiciosa y transformadora.