Si algo ha dejado patente la crisis, es la necesidad de las compañías de diversificar su negocio e internacionalizarse. El sector industrial comienza ahora a afrontar un proceso de cambio y expansión nunca antes visto con la dificultad de enfrentar una casuística y factores muy específicos que, mal atendidos, podrían dificultar su futuro. El fuerte activismo sindical y el bajo perfil comunicativo tanto interno como externo son características propias de este sector, que solo suele ser noticia cuando ya existe una crisis o conflicto laboral: elecciones sindicales, negociaciones...
