El Banco Mundial anticipa que los precios mundiales de las materias primas descenderán un 7% tanto en 2025 como en 2026, encadenando su cuarto año consecutivo de caídas, según el informe Commodity Markets Outlook publicado en octubre. El documento atribuye este retroceso al bajo crecimiento económico mundial, las tensiones comerciales, la incertidumbre en las políticas públicas y la abundante oferta, especialmente en el caso del petróleo. Aun así, los precios seguirán siendo un 14% superiores a los niveles previos a la pandemia.
Los precios de la energía, principal causa del descenso, caerían un 12% en 2025 y un 10% en 2026, con el Brent promediando los 68 dólares por barril en 2025 y 60 dólares en 2026, debido a la debilidad de la demanda china, el aumento de los vehículos eléctricos y la mayor producción de crudo de países no pertenecientes a la OPEP+. En contraste, los metales y minerales se mantendrían estables (+0,3 % en 2026), impulsados por la demanda de sectores de transición energética, mientras que los metales preciosos, especialmente el oro y la plata, continuarían en máximos históricos por la búsqueda de refugio ante la incertidumbre geopolítica y las compras récord de bancos centrales.
El Banco Mundial señala que la tendencia bajista contribuirá a la desinflación mundial, reduciendo en unos 0,2 puntos porcentuales la inflación global en 2026, aunque advierte de riesgos al alza como posibles sanciones adicionales sobre el petróleo ruso, tensiones comerciales, fenómenos climáticos extremos y el crecimiento acelerado de centros de datos vinculados a la inteligencia artificial, que podrían presionar al alza los precios del gas y los metales. También insta a los gobiernos a fortalecer la resiliencia ante la volatilidad de precios mediante diversificación productiva, innovación tecnológica y transparencia en los mercados.

