El Banco Central Europeo (BCE) ha señalado en su último ECB wage tracker una clara desaceleración del crecimiento de los salarios negociados en la zona euro, con datos que apuntan a una evolución más estable en 2026. Según el informe, los incrementos salariales pactados —incluyendo pagas extraordinarias— se situaron en un 4,7 % en 2024 y un 3,2 % en 2025, mientras que las previsiones para los tres primeros trimestres de 2026 muestran un avance medio del 2,2 %, lo que refleja una progresiva normalización tras los fuertes ajustes inflacionarios registrados en años anteriores.
El documento, que recopila información de los bancos centrales de Alemania, España, Francia, Italia, Países Bajos, Bélgica, Austria y Grecia, destaca que la tendencia descendente se debe, en parte, a la desaparición de los pagos únicos compensatorios de inflación efectuados en 2024 y a la naturaleza anticipada de algunas subidas salariales en sectores clave. Si se excluyen los pagos extraordinarios, el crecimiento salarial se sitúa en el 3,9 % para 2025 y el 2,4 % para el tercer trimestre de 2026, según la versión ajustada del indicador.
Aunque el BCE advierte que los datos son provisionales y podrían revisarse, el informe confirma que las presiones salariales se están reduciendo de manera sostenida, lo que contribuye a aliviar las tensiones inflacionarias en la eurozona. Esta evolución respalda la visión de una política monetaria más estable a medio plazo, al tiempo que refleja un mercado laboral que se reequilibra tras los picos de inflación y la pérdida de poder adquisitivo experimentada durante la crisis energética y postpandemia. El BCE publicará una nueva actualización del wage tracker tras el Consejo de Gobierno de diciembre de 2025.


