Hace unos días, en el V Congreso Iberoamericano de tendencias en Marketing, Comunicación y Asuntos Públicos organizado por ATREVIA en Madrid, presentamos en primicia los primeros resultados del primer Observatorio de Expectativas, que viene a ser una radiografía del estado de ánimo social de España.
El estudio, basado en una encuesta representativa a 1.801 personas, partía de una pregunta sobre quince aspectos a valorar para determinar sus ilusiones y preocupaciones, clasificando del que más (posición 1ª) al que menos (posición 5ª). Los participantes debían escoger entre: Bienestar mental, Paz y seguridad, Amor, Trabajo, Ingresos y ahorros, Prevención en salud, Medioambiente y sostenibilidad, Relaciones de amistad, Cultura y educación, Bienestar físico, Planificación financiera a largo plazo, Gastos y gestión financiera, Avances científicos y tecnológicos, Conexiones y apoyo emocional y Ocio y tiempo libre.
Los resultados muestran que lo que más ilusiona a los ciudadanos tiene que ver con la salud y el bienestar, nada demasiado sorprendente. Lo que si me llamó la atención es que en el último lugar de las quince opciones quedó Medioambiente y Sostenibilidad. Me surge así la gran pregunta: ¿Green is boring?.
Recientemente, desde el Área de Investigación y Tendencias Sociales de ATREVIA nos dio también por contar palabras. Cogimos las 35 empresas del IBEX-35 y analizamos sus declaraciones de propósito, su visión, misión y valores para ver las palabras que más se repetían. La más repetida era “Sostenibilidad” /”Sostenible”, hasta 52 veces aparece en las declaraciones de propósito, visión, misión y valores de las cotizadas.
Comparando los resultados de ambos estudios surge mi segunda pregunta: ¿Las empresas tienen en cuenta lo que ilusiona a los ciudadanos a la hora de hacer sus declaraciones de propósito, visión, misión y valores? Parece que no, y esto ahonda un problema muy de estos tiempos, la falta de reconocimiento por las diferentes partes interesadas del comportamiento corporativo. Es bastante habitual encontrarnos empresas con total ausencia de relación entre los que hacen las cosas y los que cuentan las cosas, ¿consecuencia?, las empresas acaban contando cosas que no interesan a nadie.
Por eso me llama la atención cuando leo aquí y allá que la sostenibilidad va de números, de cuentas no de cuentos, de cumplimiento, de normativa, ay. La sostenibilidad necesita una narrativa que le conecte con el progreso humano, con el futuro; las dos palabras menos citadas entre las empresas del IBEX-35. No es buena idea apartarse del informe Brundtland, Nuestro futuro común, que hablaba de desarrollo, de progreso y de futuro, claro; salvo que lo que busquemos es el “gatopardismo” sostenible. La sostenibilidad, en definitiva, para volver a ilusionar, para ser una propuesta de futuro, necesita menos contables y más poetas.
Manuel Sevillano, director de Reputación y Sostenibilidad en ATREVIA.


