La OCDE, en su Interim Economic Outlook de septiembre, ha revisado sus estimaciones de crecimiento global ligeramente a la baja, concretamente al 3,2% en este 2025 y al 2,9% en 2026, frente al dato del 3,3% que se registró en 2024. Entre las razones que explican estas correcciones se encuentran el agotamiento de las reservas de mercancías acumuladas como anticipación al aumento global de los aranceles, así como a la incertidumbre derivada del auge de las políticas proteccionistas. No obstante, la OCDE destaca que la economía se ha mostrado “más resiliente de lo esperado” en el primer semestre de 2025.
Además, el informe prevé que la inflación disminuya en la mayoría de las economías del G20 a medida que se modere el crecimiento económico y se alivien las presiones sobre los mercados laborales. Concretamente, se espera que la inflación general disminuya del 3,4 % en 2025 al 2,9 % en 2026, mientras que la inflación subyacente en las economías avanzadas del G20 se mantendrá prácticamente estable en el 2,6 % en 2025 y el 2,5 % en 2026.
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ha publicado también sus propias proyecciones macroeconómicas para la eurozona, que muestran una expansión esperada del 1,2 % para 2025 (frente al 0,9 % anticipado en junio) y un crecimiento moderado al 1,0% en 2026. En este contexto, el Consejo de Gobierno del BCE decidió mantener invariables los tipos de interés en sus niveles actuales, al entender que la inflación está cerca del objetivo del 2% fijado a medio plazo.