En la cumbre de la OTAN celebrada el 24 y 25 de junio en La Haya, los 32 países aliados aprobaron elevar el gasto conjunto en defensa al 5 % del PIB para 2035, lo que supone un considerable aumento frente al objetivo anterior del 2 % establecido en 2014, e incumplido todavía por buena parte de los aliados. Este nuevo compromiso se desglosa en un 3,5 % destinado a capacidades militares convencionales (tropas, armamento, etc) y un 1,5 % para capacidades relacionadas (infraestructura, redes, ciberseguridad e inteligencia artificial), con una revisión intermedia en 2029 y planes anuales detallados por país para garantizar progresos.
Aunque la iniciativa cuenta con reservas de países como España, el acuerdo firmado por todos los Aliados ratifica las exigencias del presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha llegado a amenazar con sanciones comerciales contra quienes no cumplan el compromiso, en una alusión directa al gobierno español.