La guerra contra el coronavirus se gana en múltiples frentes, y uno de los más importantes es el de los laboratorios farmacéuticos. Javier Ellena, socio y miembro del equipo directivo de Talento Farmacéutico y Sanitario y expresidente y ex director general de Lilly, considera que afrontamos una crisis inédita, ante la que “no hay un manual escrito”, y en la que “las farmacéuticas deben colaborar en los esfuerzos del país y pensar, a la vez, en la sociedad, en los empleados y en mantener la operatividad como empresa”.
Toda la sociedad y la economía deben estar volcadas en derrotar al virus y hacerlo de forma coordinada porque en España “no hay dos sistemas de salud sino, que existe un solo y único sistema que incluye al sector público y al privado”. Este desafío conlleva la necesidad de mantener una fluida comunicación para mantener unida y cohesionada a la sociedad, una comunicación frecuente, transparente y clara (también dentro de la empresa) que debe estar en manos de los científicos, porque este “no es un problema político sino, de salud pública”.
P-. ¿Cuál es el papel que deben desempeñar los laboratorios farmacéuticos ante la crisis desatada en España por el coronavirus?
R-. Afrontamos una crisis inédita ante la que no hay un manual escrito. Vamos, por lo tanto, a aprender sobre la marcha en muchas cosas. Sin embargo, hay cosas que sí están claras: las farmacéuticas deben colaborar en los esfuerzos del país y pensar, a la vez, en la sociedad, en los empleados y en mantener la operatividad como empresa. En la sociedad, porque sus propios trabajadores son parte de esa sociedad y porque los laboratorios deben poner la capacidad productiva al servicio de la sociedad para garantizar el suministro de medicinas y trabajar en la búsqueda de la vacuna contra el virus. El segundo ámbito de preocupación son los empleados: cuidar de su salud como ciudadanos que son clave para mantener la producción. En tercer lugar, es necesario preservar la continuidad de la empresa: implementar medidas internas que eviten que se produzcan circunstancias disruptivas que interrumpan la producción la cual, en momentos como este, resulta clave para salvaguardar la operatividad de una compañía cuyo resultado final va en beneficio de la salud colectiva. Finalmente, las empresas farmacéuticas deben entablar un diálogo abierto con las autoridades y poner a su disposición los recursos vitales para combatir la enfermedad.
P-. ¿Qué mensajes se deben enviar y cómo deben las autoridades comunicar a la población el reto al que nos enfrentamos?
R-. Hay que seguir por el camino que se está siguiendo. La comunicación debe apoyarse en tres pilares: una comunicación frecuente, transparente y clara que, además, debe estar en manos de los científicos, porque este no es un problema político, sino de salud pública. La voz cantante y el protagonismo lo tienen que llevar los científicos. Deben hablar los expertos, que son los que más fundamentos poseen para explicar un fenómeno que ha sorprendido a la comunidad mundial por su virulencia y magnitud. Hay que tener respeto y paciencia, porque nuestros científicos afrontan un fenómeno desconocido para los conocimientos previos y los parámetros históricos que poseen. entre los cuales no está el Covid19.
P-. ¿Cuáles van a ser las claves para gestionar una empresa farmacéutica en este momento? ¿Qué mensajes se deben dar a los equipos y cómo se debe comunicar a los empleados la situación que se vive y lo que la empresa les va a pedir?
R-. Hay que tener capacidad de adaptación. Promover los turnos partidos para evitar la proliferación de posibles contagios masivos; poner en marcha un conjunto de normas de profilaxis; impulsar el funcionamiento del teletrabajo y cancelar las actividades que impliquen reuniones presenciales. Hay que seguir criterios parecidos a los que deben mantener los gobiernos con respecto a los ciudadanos: mantener una comunicación fluida, clara, transparente y frecuente. Es necesario, finalmente, explicar y dar cuenta detallada de qué se va a hacer y por qué se va a hacer.
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