El “Arte de contar historias”, el storytelling, cada vez cobra más importancia, pero lo cierto es que siempre la ha tenido. Se trata de una técnica en la que el mensaje no intenta llegar al receptor mediante la lógica o el raciocinio, si no que se busca conmoverle. De esta manera, los mensajes son más permanentes, significativos y profundos, ya que no contemplan meras cifras o datos.
En Spinsuck, Erik Hare nos habla de los tres elementos básicos en el Storytelling. No hay que olvidar que el arte de narrar historias es algo que se remonta hasta los tiempos de la antigua Atenas. Para transmitir un mensaje y que este se quedara impregnado en el público, debía ser elaborado y detallado. Fue Aristóteles quien desarrollo el arte de esta técnica en su obra “Poética” y que puede depurarse en tres sencillos elementos para que cualquiera los pueda aprender.
- Unidad. Hace referencia al propósito del mensaje, su sentido. En toda historia debe haber un objetivo, una moraleja. La historia siempre discurrirá desde un punto a otro.
- Verosimilitud. Este elemento no implica que la historia tenga que ser real, si no que la audiencia tiene que identificarse con ella.
- Orquestación. Se trata del proceso que sigue la historia, que une los dos elementos anteriores. Hay que tener cuidado a la hora de elaborar el mensaje que se quiere transmitir. Si damos un paso en falso y se pierde la unidad o la verosimilitud, la historia perderá impacto en el receptor.
El dominio de estos elementos es lo que nos hará mejores storytellers. Esta técnica puede denominarse un arte, pero en manos de expertos del marketing es un oficio y como tal puede aprenderse y mejorarse. Además gracias a los nuevos medios de comunicación tenemos la posibilidad de expandir y poner a prueba nuestras habilidades narrativas