Joan Clos, como ex director ejecutivo de ONU Ciudades y exalcalde de Barcelona, concede un rol clave a los alcaldes como figuras capaces de unir a la población en una situación de crisis como la actual y a la hora de explicar el alcance y sentido de las medidas que deben tomarse. Clos, quien fuera también ministro de Industria, cree que las autoridades tienen que ser capaces de transmitir a la población que, en una sociedad tecnológica y protectora de los derechos individuales, cuando se requiere, hay que reaccionar colectivamente. Y este es el caso.
P-. En una situación de crisis como la actual, ¿qué rol deben cumplir las empresas?
R-. Esta crisis alcanza a los gobiernos y a cada uno de nosotros como individuos. También la empresa, las grandes, las pequeñas y medianas, tienen un papel que cumplir. El primero es, ni más ni menos, el mismo que el del resto de ciudadanos: atender las indicaciones de las autoridades sanitarias. En segundo lugar, hay que recordar los principios de la responsabilidad corporativa, pues en estos momentos debe primar la colaboración y la coordinación. Y, finalmente, el impacto que van a recibir las empresas deberá ser acompañado por amplios paquetes de medidas de todo tipo para ayudarlas a superar estos complicados momentos.
A corto plazo ya hemos visto la reacción de la UE (la Unión Europea movilizará hasta 25.000 millones de euros para hacer frente a la crisis del coronavirus) o de gobiernos como el español o el alemán que ha puesto en marcha un plan económico de choque para paliar los efectos económicos de la pandemia. Se prevén medidas de provisión de liquidez, ampliación de los plazos fiscales y subvenciones para proteger el empleo y los ingresos de los trabajadores afectados por reducción de jornada. Estas son medidas a corto plazo, que deberán seguir mas adelante, a medio y largo plazo, a fin de paliar los efectos más estructurales. Mención especial merecen los autónomos y la pequeña empresa, porque desde la crisis de 2008, llevan sobre sus espaldas buena parte del esfuerzo de recuperación y forman la estructura básica de nuestra economía.
P-. ¿Cuál es la mejor forma de hacer pedagogía social y política con una sociedad tan sensibilizada y una opinión pública preocupada y con cierto grado de pánico en algunos colectivos? ¿Cómo deben comunicar las instituciones y gobiernos?
R-. Las autoridades deben explicar con claridad y transparencia las medidas que se van a tomar y apelar a la responsabilidad colectiva. Dejar claro que el papel de las administraciones en situaciones como esta es decisivo, pero que no todo lo puede el Estado y que debe haber un compromiso de la población.
Desde un punto de vista sanitario, se está haciendo lo que se debe: contener el incremento del virus para evitar que nuestro sistema sanitario, que es muy eficaz, lo deje de ser por estar saturado. Desde un punto de vista local, y dada la evolución de la epidemia, el cierre de espectáculos públicos y de la hostelería es fundamental por más que tenga un elevado coste económico y afecte a nuestro estilo de vida. Y los ciudadanos debemos cumplir con la recomendación de no salir de casa para poder cerrar el círculo y contener el Covid19.
P-. Los alcaldes, como autoridades más cercanas a la población, ¿cómo deben informar y actuar ante los ciudadanos?
R-. Los alcaldes y alcaldesas cumplen un rol determinante por su proximidad y porque son el referente social por antonomasia. Su papel es transmitir, con serenidad y firmeza, lo que vaya ocurriendo en esta crisis, sin minimizar ni exagerar. Se trata de mostrar a la población que estamos ante un tema serio y no banalizar las consecuencias de la crisis. También deberían comunicar un aspecto que es más complejo, pero igualmente relevante: me refiero a que hay elementos desconocidos en el comportamiento de todo virus nuevo. Los epidemiólogos siguen la pandemia hora a hora y pueden dar instrucciones cambiantes según lo que van aprendiendo del comportamiento del virus. No debe interpretarse esta eventualidad como comportamiento errático, sino como fruto de lo aprendido en la evolución de la virosis.
P-. ¿Qué consejos daría a los políticos, empresarios y ciudadanos para manejarse en esta crisis?
R-. Si bien todavía es pronto y existen cuestiones más inmediatas, una de las lecciones que ya nos deja el Covid19 es que es necesario, en las fases iniciales, informar rápidamente a las autoridades sanitarias de los casos y que no pasen días sin dar parte cuando existen contagiados. Ese se ha demostrado que es uno de los grandes peligros, porque abre las puertas a una expansión descontrolada de la enfermedad. Esta pandemia nos muestra que, de cara al futuro, deberemos estar especialmente alerta ante este tipo de fenómenos, ya que somos 8.000 millones de habitantes en el planeta y la mayoría vivimos en ciudades, donde existe un contacto cercano y, por tanto, una probabilidad alta de contagio. Los sistemas de vigilancia epidemiológica deberán ser reforzados. Sin duda, cuando esta tormenta haya pasado, también habrá que revisar los stocks de material sanitario que se deberán mantener, para poder movilizarlos en caso de urgencia.
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