La revista En Genérico ha publicado un artículo de opinión de Cristina Rodiera, directora del área de Salud de ATREVIA, donde ha reflexionado sobre el punto de inflexión en el que se encuentra la comunicación de la industria farmacéutica y cómo se ha abierto la oportunidad de «poner la industria en su lugar». Os compartimos la entrevista completa.
«¿Hay algo que nos importe más que la salud? Definitivamente, no. Es la principal fortaleza del sector, el interés está garantizado. Una receptividad que se ha acusado notablemente durante la pandemia, que impulsó una atención sin precedentes por los avances de la industria, convertida en la gran esperanza.
La industria farmacéutica cuenta y ha contado tradicionalmente con equipos de comunicación sólidos, especializados y profesionalizados, y un perfil de comunicación activa que facilita el acceso a fuentes y a portavoces de máxima referencia. Se ha posicionado como un sector que destaca como motor económico, empleo de calidad, referente en talento femenino y en el progreso por la equidad y el liderazgo sin género.
En contrapartida, no ha conseguido de forma definitiva poner en valor su enorme contribución a la ciencia, la virtud de la investigación y lograr la empatía social, ya que su reputación ha sido muchas veces cuestionada. ¿Por qué? Puede que sea porque su comunicación ha estado condicionada por los límites de la regulación y su característica endogamia, más hacia dentro que hacia fuera, en un ámbito muy expuesto tanto a sambenitos como a fake news. «Romper el cascarón» ha sido la eterna asignatura pendiente.
El sector ha tenido muy presente la colaboración con las instituciones, los profesionales sanitarios, el mundo académico y asociativo, y ha colocado siempre al paciente en el centro. No obstante, el «todo por el paciente pero sin el paciente» en algunos proyectos que no le involucraban desde el principio ha puesto en entredicho la premisa de situarle en el centro, hasta que se ha dado un paso adelante en la cocreación real con éste y otros agentes para el desarrollo de iniciativas conjuntas.
El reconocido científico Mariano Barbacid ha declarado en una reciente entrevista a El Mundo: «Sigo investigando. Solo necesito neuronas y financiación». Sobra decir la relevancia que ocupa la industria en esta afirmación por su contribución a hacer posible la grandeza de investigar. España autorizó el año pasado más de novecientos ensayos clínicos con medicamentos, según el Registro Español de Estudios Clínicos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. La mayoría fueron impulsados por compañías farmacéuticas.
Una vez que ha mejorado la percepción social sobre la industria, ésta tiene el doble reto de consolidar su reputación actual y la divulgación sanitaria más allá de su patología, concienciando sobre la prevención, el autocuidado, los hábitos saludables… Esto supondría una contribución activa a una mejor formación de la sociedad en salud, a una sociedad con mayor bienestar.
Para poner a la industria farmacéutica en el lugar que le corresponde hay que dar recorrido a su propósito corporativo, así como afianzar un nuevo relato que ponga en valor el esfuerzo de desarrollar soluciones para salvar vidas».