Apenas una semana después del V Congreso CEAPI, Núria Vilanova, también presidenta de ATREVIA, ha publicado en Cinco Días (El País) una nueva tribuna donde destaca las condiciones de Iberoamérica para convertirse en una de las áreas más dinámicas y prósperas del mundo. Compartimos el texto completo:
«Iberoamérica atraviesa tiempos difíciles. La pandemia ha causado un marcado deterioro en los indicadores sociales y los grupos más afectados por la crisis han sido los trabajadores y hogares más vulnerables (informales, en situación de pobreza, con menos educación, jóvenes y mujeres). Se prevén tasas de crecimiento económico moderadas para los próximos dos años, lo que resultará en el mantenimiento de un alto nivel de desempleo, pobreza extrema y elevada informalidad laboral. Por ello, ahora más que nunca, se necesita que el sector privado iberoamericano se convierta en un agente de cambio y que ponga su capacidad a trabajar por el crecimiento económico a largo plazo con impactos positivos sociales y ambientales.
La semana pasada, más de 300 empresarios iberoamericanos se reunieron en República Dominicana con el presidente del país, Luis Abinader; el ministro de Industria y Comercio, Ito Bisonó; el secretario general iberoamericano, Andrés Allamand, y la directora general de BID Invest. Entre los empresarios, los grupos más relevantes de varios de los países iberoamericanos, se alcanzó un consenso: ante la encrucijada, el sector privado debe comprometerse con la innovación, el progreso social y el medio ambiente. También con el diálogo con el mundo institucional, porque la política importa.
La región afronta tiempos complejos, pero no todo es negativo y hay algunas señales que llevan al optimismo. La vasta dotación de recursos naturales de Iberoamérica la convierten en protagonista de las acciones globales para mitigar el cambio climático. Y crean enormes oportunidades de inversión en el desarrollo de la economía verde y circular. Además, nunca en la historia de Iberoamérica hubo tantos estudiantes en la educación superior, lo que potencia el bono demográfico del que aún disfruta. La creatividad y la capacidad emprendedora y de innovación de la región es reconocida a nivel mundial. Y los inversores lo saben, y es por ello por lo que los flujos de capital de riesgo en la región han aumentado consistentemente en los últimos años, alcanzando niveles récord, y contribuyendo a la formación de más de 40 unicornios (empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares).
Las empresas multiiberoamericanas se expanden globalmente y se convierten en herramientas de cambio, crecimiento y desarrollo. En el último congreso anual de nuestra organización, los empresarios del área se han comprometido a aunar fuerzas para convertirse en fuentes de oportunidades y de innovación, que contribuyan a crear empleo, reducir la informalidad y la pobreza, generando un impacto económico positivo, pero también social y ambiental. Son conscientes de la necesidad de un nuevo pacto social y de trabajar de la mano de los Gobiernos y del resto de la sociedad civil para afrontar los enormes retos que tiene Iberoamérica por delante.
Para transformar Iberoamérica y desarrollar todo su potencial se necesita liderazgo, consensos y gestión de equipos. Las empresas se encuentran en una posición privilegiada, y pueden trabajar con sus grupos de interés (trabajadores, proveedores, sus comunidades, los accionistas y el resto de la sociedad civil) para alcanzar los objetivos y las metas de la Agenda 2030. No es posible imaginar un entorno de negocios en donde el sector privado no se preocupe por el bienestar de la población y de los efectos nocivos que produce el cambio climático.
La Agenda 2030 reconoce explícitamente el papel del sector privado en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y los empresarios cuentan con la experiencia y el liderazgo para apoyar a los Gobiernos de la región en la solución de problemas claves para aumentar el crecimiento económico de largo plazo y el desarrollo sostenible. En áreas como infraestructura, energía, agua y saneamiento, educación y salud, la empresa privada puede apoyar con su conocimiento, buena voluntad, talento y capacidad gerencial.
Debido a la enorme problemática social que enfrenta Iberoamérica por el aumento de la pobreza, la desigualdad y la informalidad, las empresas no pueden ser indiferentes y deben formar parte de un nuevo pacto social, utilizando todas las herramientas disponibles para luchar contra la exclusión y mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región. Desde la generación de nuevos negocios con triple impacto (económico, social y ambiental), hasta la solidaridad filantrópica, los empresarios deben apoyar a los más vulnerables: jóvenes, mujeres y trabajadores en situación de pobreza y con bajos niveles educativos.
Los cambios que ha traído la pandemia llegaron para quedarse, y se han visto exacerbados por el conflicto en Ucrania. Es el momento de anticiparse y el sector privado iberoamericano está apostando por la modernización tecnológica, la digitalización de sus empresas y el desarrollo del talento. Esto contribuirá a aprovechar las oportunidades que ofrece la región y les permitirá contribuir a incrementar la eficiencia y la productividad, generando empleo productivo y combatiendo el calentamiento global.
Iberoamérica posee las condiciones y va a convertirse en una de las regiones más dinámicas y prosperas del mundo. El sector privado aprovechará las oportunidades que ofrece la región, agregando valor a las riquezas que ya posee, y creando nuevas oportunidades a través de la innovación, el emprendimiento y la inversión. El reto no es fácil, pero los empresarios están preparados para trabajar con todos sus grupos de interés para generar crecimiento, empleo y bienestar. Es el momento de construir, de innovar y de emprender».