Con la incursión de la tecnología en nuestras vidas y su implantación en todos los sectores de actividad, los comercios no tienen otra opción que adaptarse a la nueva forma de compra de los consumidores. Adoptar las nuevas soluciones tecnológicas se convierte en un win-win para los comercios, para los empresarios y para los consumidores.
En una sociedad donde la demanda es cada vez más alta, las empresas tienen que competir con servicios personalizados, proporcionándole a un consumidor impaciente, caracterizado por la búsqueda de la inmediatez, una experiencia única satisfaciendo así sus expectativas.
La tecnología se encuentra en constante renovación, con nuevos elementos y herramientas que influyen tanto al consumidor como a la empresa. Respecto a los consumidores, se crean nuevos hábitos de consumo, nuevos canales para llegar a ellos y nuevas formas de adquisición de los bienes y servicios. Esto supone una continua adaptación por parte de las empresas a un mercado cada vez más abierto y más complejo.
Los empresarios de tiendas textiles han comprobado que los compradores acuden con su smartphone siempre en la mano a comprar, convirtiéndose así en un elemento más en el proceso de compra. Los clientes comparan a tiempo real precios, calidad, piden opinión a los demás usuarios de la red o pueden consultar la disponibilidad de los productos en tienda a través de su móvil.
Los propios establecimientos optan por instalar nuevos dispositivos en sus tiendas para facilitar la experiencia del usuario y sobre todo para poder conocer mejor sus demandas y necesidades. Las cajas de autoservicio, la posibilidad de pagar desde la app en el teléfono o la de comprobar productos similares al que acabamos de comprar son algunas de las innovaciones que invaden el panorama actual.
Y entonces ¿Qué pasaría con el personal que trabaja en la tienda? En esta nueva era de autoservicio, el personal se convertirá en un asesor que buscará mejorar la experiencia del consumidor, alejándose así de las funciones actuales de cobro o búsqueda de productos del almacén.
Para satisfacer las necesidades tanto inmediatas como futuras del cliente, obtener información sobre sus gustos y necesidades es esencial. La innovación y el cada vez más frecuente uso de Inteligencia Artificial en el sector retail han revolucionado la manera de conocer al consumidor:
Un ejemplo son los sensores beacons, pequeños dispositivos inalámbricos que emiten una señal bluetooh entre el smartphone y la aplicación, proporcionando una interacción directa con el cliente y permitiendo saber con precisión el posicionamiento de las personas y sus preferencias. Por ejemplo, con esta nueva herramienta se podría saber cuánto tiempo dedican los clientes a mirar cada zona de la tienda o si se coge un producto y se lleva al probador, lo que proporciona información sobre qué productos son más codiciados, facilitando así la labor de la empresa.
Las innovaciones tecnológicas proporcionan una oportunidad única a los pequeños y medianos comerciantes a ser competitivos, sin embargo, para aprovechar este tirón tecnológico, las empresas deben contar no solo con una buena infraestructura tecnológica que permita su aplicación en los distintos canales y dispositivos, sino una buena red de seguridad. Este aspecto es fundamental a la hora de proporcionarle al usuario una experiencia óptima, ofreciéndole la tranquilidad necesaria a usar el dispositivo móvil en el establecimiento sin ninguna reticencia.
Con todas estas nuevas herramientas, está en manos del sector retail el conseguir fidelizar a un consumidor cada vez más exigente.