Se nos presentan retos apasionantes a las empresas. Se nos llevan presentando desde hace varios años, pero es en los últimos años cuando son absolutamente patentes por cómo está cambiando la relación entre consumidores y empresas.
Y las agencias y consultoras de comunicación, marketing o de publicidad tenemos que ser parte fundamental en desarrollar y trabajar para que nuestros clientes, las empresas y marcas, se agiten, se meneen, sepan ver y sepamos hacerles ver el cambio al que se enfrentan y a cómo deben afrontar la estrategias de comunicación con sus clientes y públicos de interés.
Nos encontramos en un contexto donde las marcas se han convertido en medios, con un poder enorme de difusión, y los medios, con una cada vez menor capacidad de influencia, se están intentando convertir y posicionar como marcas. Los influencers ganan un peso enorme, y surgen cada día perfiles de usuarios que se erigen en impulsores de conductas de otros usuarios, bajo un modelo de micropoder, donde hay una adhesión emocional, vivencial, y anclada a través de la comunicación. Y en ese nuevo contexto de comunicación tenemos que encontrar los usuarios, las marcas, y las agencias, el espacio que nos corresponde y queremos jugar.
Y somos las agencias o consultoras de Marketing y Comunicación las que tenemos el deber de agitarnos desde nuestras más íntimas raíces hasta lo más alto de nuestra copa. Y entonces, podremos ir a nuestros clientes y potenciales clientes, y agitarles también a ellos.
Eso es moverse para mover a los clientes.
Es hacer vibrar a las marcas y a las personas.
Es descolar, para luego recolocar.
Es soñar, y de ese modo despertar emociones.
Es explorar nuevos caminos que consigan acercar, encontrando nuevos atajos que sorprendan.
Es dar un giro a las historias para convertirlas en experiencias.
En definitiva, es agitar a las marcas; es crear entusiastas.
Eso en ATREVIA lo hemos llamado hacer Brandshaking. Y nosotros somos BrandShakers.