La nueva Comisión Europea (CE) tiene un gran objetivo: hacer que la Unión Europea (UE) asuma el liderazgo mundial en la lucha contra el cambio climático. La presidenta Ursula von der Leyen prometió en el Parlamento Europeo (PE) realizar una verdadera transformación en Europa durante los próximos cinco años, sustentada en un nuevo Acuerdo Verde Europeo, que será una estrategia para impulsar el crecimiento y el desarrollo económico, siendo la base para la promoción de la innovación, del empleo y del liderazgo de la UE en el plano global.
La estrategia tendrá un protagonista y será el Banco Europeo de Inversiones (BEI) que se convertirá en un banco verde, con capacidad de financiar las economías para la transición energética. El vicepresidente de la Comisión, Valdis Dombrovskis, ha dicho al Financial Times que quería plantear algunas medidas como, por ejemplo, un recorte en los cobros de capital sobre préstamos favorables a la transición energética. Según el vicepresidente, este tipo de iniciativas alentaría a los bancos a financiar, por ejemplo, hogares energéticamente eficientes, el transporte de cero emisiones y otras inversiones verdes.
Las familias políticas europeas han asumido un compromiso con la transición energética, lo que en la práctica se ha traducido en propuestas en el diseño del próximo Marco Financiero Plurianual. No es casualidad que el 21,1% de la inversión en el próximo presupuesto comunitario se dedique al clima.
Asimismo, la apuesta pasará inevitablemente por los fondos de cohesión asignados a la convergencia medioambiental entre los Estados miembros y por Horizonte Europa, la gran apuesta de la UE en materia de innovación, tecnología y ciencia, para crear valor en las soluciones de bienes y servicios, y estimular el intercambio de información entre las universidades, los centros de investigación y las empresas. La tecnología y la inversión serán los pilares de este proceso de transición, los cuales tendrán que convivir necesariamente.
Von der Leyen anunció recientemente la hoja de ruta para lograr la neutralidad del carbono en 2050. El Acuerdo Verde Europeo incluye 50 medidas para combatir el cambio climático y, por lo tanto, «conciliar la economía con el planeta«. La medida más impactante de todas, que tiene como objetivo hacer irreversible la transición a un nuevo paradigma verde, está relacionada con la presentación de la primera Ley Europea del Clima con el fin de dar fuerza jurídica al diseño de la Comisión (neutralidad del carbono en 2050). La presentación está prevista para marzo de 2020, con busca lograr una reducción del 55% de sus emisiones en 2030. Este nuevo objetivo podría cambiar todos los Programas Nacionales Integrados de Energía y Clima (PNIEC), que los Estados miembros presentaron anteriormente en Bruselas. En cuanto a las demás acciones, se distribuirán en varios pilares, abarcando todos los sectores de la economía, desde la producción agrícola hasta el transporte.
El plan de acción de este Acuerdo requerirá grandes inversiones. Según el ejecutivo comunitario, este esfuerzo requerirá un aumento anual de 260 mil millones de inversiones (correspondiente al 1,5% del PIB europeo de 2018). Con este fin, se establecerá un Mecanismo de Transición Justa para que los Estados miembros más dependientes de los combustibles fósiles y que se han mostrado más reticentes, como los países de Visegrado, sean compensados de alguna manera. Esta cartera estará bajo la dirección de la comisaria de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira, y los importes serán accesibles a través de un nuevo Fondo de Transición Justa; de una línea del fondo de promoción de inversiones, a través de InvestEU (financiado por la Comisión y el BEI); y también mediante la financiación del capital propio del BEI.
Toda esta reconfiguración es el resultado de la emergencia climática, pero también de los movimientos sociales que han ejercido una gran presión sobre los responsables políticos. La conciencia ambiental fue alguna vez un tema «nicho», defendida y reforzada sólo por una pequeña parte de la sociedad, sin embargo, ahora es una causa que se ha extendido a la mayoría de los ciudadanos.
En síntesis, Europa ha dicho sí a las llamadas de los ciudadanos que han identificado el clima como una prioridad; y la Comisión Europea, pretende, mediante la distribución de fondos comunitarios, incentivar a los Estados miembros a adoptar una nueva política, no sólo medioambiental sino también económica, la cual marcará las próximas grandes inversiones de los países europeos.