El marketing de influencia domina hoy en día todas las estrategias de publicidad en sectores de gran consumo. Llevamos más de 10 años analizando este fenómeno, que saltó de la comunicación a las relaciones públicas, y que en la actualidad mueve muchos millones de euros.
Es una tendencia que los clientes demandan constantemente y, como suele pasar siempre con las modas, el nivel de exigencia tiene a veces más que ver con ciertas “obsesiones” por perfiles concretos que con una demanda honesta para obtener resultados tangibles.
¿Será que, por seguir el tren, estamos perdiendo el foco una vez más?
Vamos a intentar analizarlo.
Empecé a trabajar con creadores de contenido cuando reinaban los reviews de producto. Entonces lo difícil era justificar a las marcas que esos nuevos perfiles, que acreditábamos para su rueda de prensa tradicional, nos iban a ayudar a acercar mejor el mensaje al consumidor. Y acertamos.
Con las redes sociales visuales llegaron las celebridades –o crecieron– porque a nadie se le escapa que las grandes divas, como Chiarra Ferragni o Dulceida, empezaron primero a publicar en blogs.
En ese impase, el PR digital se profesionalizó y los clientes buscaban influencers en todos sus eventos; y los envíos creativos y las colaboraciones pagadas y no pagadas empezaron a llenar nuestro timeline. Nuestro reto en ese punto fue la moderación, trabajar bien los huntings y priorizar las colaboraciones continuadas. Y así fue como conseguimos seguir obteniendo resultados, esquivando los algoritmos y seguidores falsos y apostando por los creadores de contenido.
Con el tiempo, Instagram se volvió estático y monótono, y tuvo que llegar una pandemia y el auge de TIKTOK para que cambiaran las reglas del juego. Este nuevo escenario es lo mejor que nos ha pasado en años. Porque ahora más que nunca adquiere la importancia que se merece el círculo completo de la influencia.
Las nuevas plataformas permiten a los Brand lovers – con nano comunidades o incluso sin ellas – viralizar sus marcas favoritas y compartir opiniones sinceras. El hecho de que todos podamos ser influenciadores abre múltiples posibilidades a nivel de marketing digital.
El nuevo entorno prioriza la autenticidad versus lo preestablecido. Algo que, además de garantizar la diversidad, acerca el realismo a la publicidad y permite a las marcas retroalimentarse de los valores más frescos de la sociedad. Algo de lo que se alejaba peligrosamente Instagram, especialmente en sectores como la moda.
Por último, los creadores de contenido se especializan más que nunca –se acabaron los clones– pero expanden sus contenidos por más plataformas, haciendo imposible plantear acciones con resultado sin estrategia.
En ATREVIA celebramos todos los cambios de escenario y los afrontamos sin miedo porque sabemos que la única fórmula posible para el éxito en marketing de influencers es alinear las tendencias con una estrategia que busque resultados reales para la marca.
Para hacerlo posible y afrontar todos los grandes cambios de la mejor manera, nuestro departamento de Influencer Marketing crece y se hace transversal. Con el objetivo de seguir la última tendencia, por supuesto, pero sin perder el foco de cómo hemos llegado hasta aquí.
