Vivimos una época en donde la tecnología tiene un gran protagonismo y es una de nuestras mayores aliadas a la hora de trabajar y en nuestras relaciones personales.
Es indiscutible el beneficio que la innovación ha aportado a nuestro entorno y el proceso de transformación digital que estamos viviendo es apasionante y sobre todo, las expectativas de futuro.
Como contrapunto a este mundo digital, ha ganado terreno una vuelta a lo tradicional, a la artesanía. Esta tendencia podemos verla en algunas tiendas, aficiones o profesiones que han vuelto a surgir e incluso están de moda.
¿Esta artesanía ha llegado a la comunicación? La respuesta es sí, y no está relacionado con las notas de prensa, muchas veces necesarias. Con ello nos referimos a ese trato de las marcas más cercano con sus públicos y por supuesto, con los medios de comunicación.
Si como marca tienes algo interesante que contar, existen varias vías y dependerá de cada caso, pero si decides hacer de tu mensaje una experiencia, este calará más que cualquier comunicado.
Merece la pena, a veces, en tiempos de envíos, reenvíos, conferences etc. Pararse, respirar y concentrarse en una idea que llegue y que tenga un carácter único.
A veces esa diferenciación o autenticidad no supone hacer un gran desembolso o una campaña. Nuestra cultura social hace que el trato personal, experiencial y cercano pueda ser la mejor carta de presentación de quiénes somos y qué somos.
No se trata de algo nuevo, pero sí un elemento que no debemos perder. “La clave de este negocio son las relaciones personales” es una de las declaraciones de objetivos del famoso film Jerry Maguire que podemos implementar en nuestro día a día.