Los que nos dedicamos a la comunicación lo sabemos, nuestro trabajo, además de apasionante, puede ser en ocasiones muy estresante, ya que tenemos un escaso control sobre nuestro día a día.
Según la lista sobre los 10 trabajos más estresantes del mundo, elaborada a comienzos de 2014 por la prestigiosa revista Forbes, tanto ejecutivos de relaciones públicas como periodistas, estamos en el top ten de las profesiones en las que el estrés juega un papel importante.
Además, la eclosión de nuevas herramientas y canales de comunicación propiciadas por el rápido avance tecnológico, nos facilitan la vida, pero también han generado una radical modificación en nuestra forma de trabajar. Inmersos en este mundo de constante cambio y velocidad acelerada, a veces perdemos nuestra visión estratégica.
Afortunadamente, la aplicación de la psicología y otras técnicas alternativas al mundo de la empresa, nos bridan infinidad de herramientas con las que poder combatir eficazmente la vorágine diaria y volver “a nuestro centro”, desde donde podemos aportar más valor.
De todas estas técnicas, hay una de la que últimamente se oye mucho hablar y ya está presente en compañías de primer nivel como Google: el mindfulness. Pero, ¿qué es exactamente y por qué cada vez cuenta con más adeptos a nivel profesional? Pues aunque la palabra nos pueda despistar un poco, no es otra cosa que lo que ya conocemos desde hace muchos años como “meditación”, eso sí, adaptada a la cultura occidental y sin necesidad de que nos sentemos a recitar mantras.
Muchas personas lo denominan también “atención plena”, porque en eso consiste, en estar centrados en el momento presente, en lo que estamos haciendo, con toda nuestra atención, para poder concentrarnos, disfrutar y conseguir los mejores resultados.
Los múltiples beneficios de practicar la atención plena están sobradamente demostrados en los ámbitos de la salud y la educación, y cada vez existen más pruebas científicas de todo lo que puede aportar. Últimamente, también se está probando que es muy útil para el mundo empresarial, ya que permite reducir el estrés, dar especio a la creatividad y aumentar la concentración. Esto cobra además especial relevancia para aquellas personas que tienen que ejercer funciones de liderazgo.
Y lo mejor es que todos esos beneficios se pueden materializar con un poco de entrenamiento y constancia. Por eso, yo voy a incluir en la lista de nuevos deseos laborales para 2015, tener al menos una sesión a la semana.
Foto: shawellnessclinic