El pasado 14 de julio, ATREVIA organizó el webinario sobre “Pacto Verde Europeo: desafíos y oportunidades para los agroexportadores de América Latina”. El evento fue moderado por Manuel Mostaza, director de Asuntos Públicos de ATREVIA, y contó con las intervenciones de los eurodiputados españoles Juan Ignacio Zoido, del Partido Popular Europeo, Clara Aguilera e Inma Rodríguez-Piñero, ambas pertenecientes a la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, y Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería de Ecuador, este último para transmitir la perspectiva empresarial y las principales preocupaciones de los agroexportadores de América Latina.
Durante la primera parte del evento, los cuatro ponentes expusieron su visión sobre cómo afectará el Pacto Verde Europeo a los productores y exportadores agrícolas en América Latina.
Clara Aguilera destacó que lo determinante de la “Estrategia de la Granja a la Mesa” se definirá durante el proceso de reglamentación por parte de la Comisión Europea y que el Parlamento Europeo tiene mucho que opinar durante todo el proceso legislativo. Por otro lado, explicó que la UE está virando su enfoque, para pasar de una perspectiva “vertical” hacia una política agroalimentaria “horizontal”, y así tener en cuenta todos los aspectos de la cadena de suministros de alimentos. Además, reconoce que el Pacto Verde está creando inquietud en muchos sectores e indica que los pesticidas son imprescindibles para la producción agrícola y que, para reducir o abolir su uso, es necesario contar con alternativas o productos substitutivos. Por último, opina que los objetivos que está abordando Europa con su Pacto Verde serán abordados también por otros continentes próximamente.
Juan Ignacio Zoido destacó que la UE usa su poder comercial para influir en el resto del mundo. “Europa representa ese gran mercado al que pocos exportadores de gran volumen pueden renunciar”, y es por eso por lo que las normas que se aplican en Europa, cuyo objetivo es lograr mayor sostenibilidad ambiental y salud del consumidor, tienen también un impacto en el resto del mundo. Estableció que desde el Partido Popular Europeo lucharán por un equilibrio que permita que los objetivos sostenibles sean compatibles con la sostenibilidad económica de los productores europeos. Así, el esfuerzo de adaptación que realizarán debe ser replicado por los productores de terceros países que quieran vender sus productos en el mercado europeo. Sin embargo, éstos deberían recibir ayuda financiera y científica de la UE para adaptarse a las nuevas normativas.
Bruno Leone señaló que el mundo debe ir hacia un sistema sostenible, dado que la respuesta a los problemas medioambientales debe ser global. Destacó que las producciones latinoamericanas tienen que dar una rentabilidad justa para que la gente tenga unas buenas condiciones de vida y no se vea obligada a emigrar. Por otro lado, señaló la necesidad de que los negocios sean sostenibles en el tiempo dado que “no hay empleos sostenibles sin empresas sostenibles”. En este contexto, destacó que, para poder ser productivo, a veces hay que emplear procesos de cultivos intensivos, lo que puede estar reñido con la no utilización de pesticidas. Por último, indicó que está de acuerdo con la actuación de la UE, pero las nuevas medidas deben estar muy bien legisladas para evitar problemas de adaptación. Reitera que esta transformación no se puede llevar a cabo de la noche a la mañana y los productores latinoamericanos deben contar con el apoyo de Europa para adaptarse.
Inma Rodríguez-Piñero centró su discurso en la política comercial, defendiendo un comercio justo, equilibrado y abierto. Señaló que la colaboración de la UE y América Latina podría derivar en una mayor influencia mundial, y reconoció que los estándares para comerciar con Europa son muy elevados y el objetivo debe ser que estos sean homogéneos, globales y respetuosos con los derechos humanos. Añadió también que los pesticidas son determinantes para garantizar la producción de alimentos, pero por encima de ello está la protección de la salud de las personas. De este modo, para poder reducir el uso de pesticidas es necesario invertir en innovación para que los cambios exigidos por la legislación vayan de la mano con los cambios que realizan los productores, aspectos que no siempre van al mismo compás.
Una vez finalizadas sus presentaciones, se procedió a la ronda de preguntas en la que los ponentes ahondaron en sus posicionamientos iniciales.
Aguilera señaló que ante mayores requisitos medioambientales, los productores europeos deben tener un presupuesto acorde para enfrentarse a la pérdida de competitividad a la que se enfrentarían los primeros años de aplicación de las nuevas medidas. Defiende que, ante un cambio productivo, es necesario invertir en tecnología. Además, indica que hace falta tiempo para poder adaptarse a los cambios, dado que si se eliminan los pesticidas sin aportar ninguna alternativa nos enfrentaríamos a un problema de salud vegetal.
Por su parte, Zoido destacó que debe haber fondos necesarios para poder conseguir la adaptación de los agricultores a las políticas europeas no solo en Europa, sino también en América Latina a través de fondos de cooperación. Señaló también que es importante que exista una equivalencia de estándares. Además, denunció que el sector agroalimentario no debe salir perjudicado por el Pacto Verde, por lo que hay que tomar nota de sus inquietudes mientras se debate la mejora de la sostenibilidad de la cadena y la lucha contra el cambio climático.
Finalmente, Rodríguez-Piñero indicó que es necesario diseñar políticas fiscales adecuadas con el fin de poder distribuir las ayudas para aquellos que necesitan adaptarse al Pacto Verde. Además, indicó que, además de establecer una estrategia conjunta para cumplir los estándares fijados, es necesario incorporar a las organizaciones multilaterales. Por último, señaló que en Europa hay una demanda creciente de productos biológicos y opina que este tipo de agricultura es un campo de enorme potencial para América Latina.