La irrupción de los archi-conocidos Smartphone ha constituido un antes y un después en nuestras vidas, de hecho podríamos afirmar sin tapujos que estos aparatos inteligentes se han convertido en un elemento indispensable en nuestro día a día. Información tan básica como consultar si va a llover, conocer cuánto tiempo le falta al autobús para llegar a la parada o saber el estado en el que se encuentran las carreteras son solo algunas de las simples funciones que nos ofrece nuestro Smartphone y sin las que no podríamos vivir a día de hoy.
El hecho de que los Smartphone sean tan importantes para nosotros ha propiciado un cambio en la forma que tenemos de consumir contenidos, de comprar e incluso de relacionarnos. Además, la creación de las famosas Apps ha favorecido aun más si cabe a este hecho y es que las empresas saben que los teléfonos inteligentes han cambiado nuestros hábitos y si no se suman a esta demanda pueden perder la batalla y que sus clientes acaben en la competencia.
Costumbres tan clásicas y básicas como ir de compras han evolucionado situándose un peldaño más arriba de la escalera. Los clientes ahora buscan en la web o en la App de la tienda las prendas que les interesan, otros buscan incluso prendas específicas que están de moda gracias a los conocidos influencers y sus colaboraciones con las marcas, dejando patente que las Redes Sociales y sector retail van de la mano.
De hecho el Estudio de uso y de actitudes de consumo de contenidos digitales realizado por el ONTSI en Julio de 2017 revela el papel fundamental de las aplicaciones móviles en nuestra vida. Según el estudio, el 40% de la población utiliza de forma cotidiana Apps y el 14,1% lo hace con una frecuencia semanal.
Gracias a internet y los Smartphones el concepto de “consumidor” ha cambiado y ha evolucionado al desconocido “Prosumer”, mezcla de dos palabras anglosajonas: “producer” y “consumer” y que quiere decir que ahora el consumidor es también productor de contenido y difusor del mismo. En el pasado las marcas eran las encargadas de decidir por el consumidor, de hecho dirigían por si solos el mercado, pero en el panorama actual los consumidores, y gracias a la llegada de Internet y de los Smartphone, son los que deciden qué quieren de la marca, cómo y cuándo.
Otro ejemplo lo podemos encontrar en la manera que tenemos de consumir contenidos digitales como series, música o libros. En el pasado las familias se reunían en torno a la televisión para ver su serie favorita y esperaban hasta una semana para poder ver el siguiente capítulo o los jóvenes se pasaban el día viendo los canales televisivos musicales esperando a que saliera el videoclip de su grupo favorito. Sin embargo, con la irrupción de plataformas como Netflix, HBO o Spotify el consumo ha cambiado y ha acelerado el ritmo en el que somos capaces de consumir estos contenidos. Además, con la introducción sus respectivas Apps móviles podemos consumirlo allá donde estemos y dispongamos de una herramienta tecnológica como puede ser el Smartphone, una tableta o un ordenador portátil. Incluso el requerimiento de disponer de una conexión fija a internet ha quedado obsoleto ya que estas mismas Apps permiten descargar el contenido y poder utilizarlo en cualquier lugar y en cualquier momento.
El avance de la tecnología es imparable, no sabemos qué nos deparará el futuro pero lo que sí sabemos es que todos estos cambios y avances tienen un objetivo común: hacernos la vida más fácil.