reuniones

Cinco minutos es tarde. Diez muy tarde. Quince extraordinariamente tarde. Media hora, plantón. Será que yo soy rarito, pero creo que salvo causas mayores como terremotos, maremotos o sirocos, las personas deben ser puntuales. A en punto. Y punto. Últimamente observo que desde que las reuniones virtuales son lo real de nuestro día a día, lo normal es llegar tarde, y no termino de entender por qué. En este post lo intento, aunque creo que sin éxito, porque me temo…