Las empresas familiares constituyen gran parte del sector privado y del tejido económico global, son pilares básicos de la economía de cualquier país debido a su mayor compromiso con el entorno, a su vocación de negocio a largo plazo y a los sólidos valores y principios en los que asientan su actividad. Además, les caracteriza poseer una estructura social única, con valores particulares, con desafíos y oportunidades diferentes al resto de organizaciones.
Recientemente, Núria Vilanova ha presentado su nuevo libro: La esencia de la empresa familiar. Valores y comunicación. Un viaje por las experiencias de algunos de los empresarios iberoamericanos más relevantes que dirigen negocios familiares y que ha contado con la colaboración de la Secretaria General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, el presidente del Instituto de la Empresa Familiar y presidente de Osborne, Ignacio Osborne, y el profesor del IESE, Josep Tàpies.
El libro relata algunas de las claves del éxito de más de 50 de los principales empresarios iberoamericanos -procedentes de hasta 18 países- como los Slim, Servitje, Motta, Luksic, Sarmiento, Gilinski, Benavides, Vicini, Puig, Raventós o Pascual. Entre ellas:
- La empresa familiar como ventaja competitiva. La familia será siempre un valioso capital intangible que como personas y en ocasiones, con su patrimonio individual, responden por la empresa. Estas compañías contraen un mayor compromiso con el territorio, privilegian la inversión a largo plazo y tienen presentes los valores familiares a la hora de gestionar el negocio.
- El sueño del fundador. Los creadores de estas empresas son personas que han convertido su sueño en un proyecto. Inspiran y encarnan los valores familiares y corporativos, son el ejemplo en el que se miran las siguientes generaciones y la columna vertebral para construir vínculos estrechos con los grupos de interés. De hecho, entre sus grandes retos figuran el éxito de la empresa y el relevo generacional.
- La comunicación. Pero el legado no es más fácil que el éxito en los negocios, hay que planificar y trabajar en lo que garantiza la unión: la comunicación. La comunicación, el hacer que nos quieran nuestros clientes, nuestros empleados y, por supuesto, nuestra familia es la mejor manera de garantizar el futuro de la compañía. Puede parecer una receta sencilla, pero en modo alguno lo es, habida cuenta de que una de cada tres compañías familiares desaparece en la tercera generación.
- El sentido de pertenencia. El orgullo de encarnar un proyecto común y la pasión por la empresa son los ingredientes imprescindibles para garantizar el futuro. Las sagas familiares entrevistadas en este libro coinciden en que uno de los grandes retos es la transmisión de los valores y la comunicación intrafamiliar, conforme la familia crece y la empresa se expande.
- La tecnología. Las nuevas herramientas pueden ser nuestras aliadas en la cohesión y la comunicación de la familia cuando existe una buena estrategia. Ahora más que nunca con los millennials y la generación Z, que tienen una concepción diferente del mundo, están hiperconectados y son globales.