Hoy por hoy, en este contexto de sobreinformación en que todos estamos saturados de mensajes, conseguir que nuestra marca destaque y cale en la mente del consumidor, es prácticamente imposible… o, mejor dicho, improbable. ¿Estamos hablando de una quimera?
Tirando de clichés, la realidad es que nadie dijo que fuera fácil. De ahí la importancia de un trabajo constante que desencadene una buena idea. Y para que una buena idea sea una realidad, hay que recurrir siempre a un ingrediente diferenciador y esencial: la creatividad.
La creatividad se ha subrayado como la competencia que marca la diferencia y, al igual que sucede con clientes, también ocurre lo mismo cuando hablamos de ella en la comunicación interna, la Responsabilidad Social Corporativa, la relación con los medios… Una idea creativa bien comunicada es lo que toda compañía necesita para obtener resultados eficaces, fuera y dentro de ella.
No basta con salir del paso; conviene convertirla en un elemento activo presente en el día a día, con protagonismo y peso en cada decisión y en cada paso que damos. Debemos convencernos de que es el factor determinante para que nuestro mensaje pase o no desapercibido. Por eso, no podemos sino asumir, con más voluntad y empeño que nunca, nuestro papel como activistas de la creatividad que conecta.
El escenario en que desempeñamos nuestra labor, un escenario que se ha visto catapultado a una transformación digital acelerada por las circunstancias de los últimos años, ha subrayado la necesidad y la importancia de estrategias con un componente esencialmente creativo.
En el ámbito de la comunicación, como prácticamente en cualquier otra de las esferas de nuestra vida pública, hemos asistido de repente a la definición de un horizonte repleto de nuevos desafíos, con una complejidad que no conocíamos y que nos exige, por defecto, soluciones creativas para poder estar a la altura de un momento gobernado por la incertidumbre.
¿Cómo sobrevivir? ¿Cómo seguir siendo relevantes en este nuevo panorama? La fórmula está clara: ser ágiles, ser atrevidos, aparcar el miedo a ser diferentes, abogar por la innovación desde todas las ópticas (dinámicas de trabajo, equipos multidisciplinares, implementación de nuevas herramientas…) y, por supuesto, no perder de vista nuestro propósito y nuestros valores en todo este ejercicio.
«La creatividad es simplemente conectar cosas. Cuando le preguntas a las personas creativas cómo hicieron algo, se sienten un poco culpables, porque en realidad no lo hicieron, simplemente vieron algo. Algo que después de algún tiempo, les pareció obvio«.
Steve Jobs