El discurso de la sostenibilidad se ha instalado hoy en todas las organizaciones, entre otras razones por la presión social. Sin embargo, a la hora de comunicar sus acciones en este ámbito, las empresas suelen incurrir en algunos errores que se repiten. A continuación, compartimos los que consideramos más habituales.
- Falta de coherencia entre el comportamiento corporativo y sus compromisos sostenibles.
El denominado Greenwashing es el comportamiento desleal de una compañía hacia sus consumidores, a los que engaña publicitando acciones destinadas a cuidar a sus grupos de interés cuando sus actividades son, en realidad, perjudiciales.
Por eso es tan importante que la sostenibilidad esté ligada a objetivos temporales y medibles, ligados a la estrategia corporativa de la empresa.
- No vincular la Estrategia de Sostenibilidad con el propósito corporativo.
Vincular pequeñas acciones (como reciclar correctamente) a un propósito mayor tiene un efecto enorme en la implicación de los empleados. Hay un cuento muy bonito que lo resume así: Un día una señora estaba paseando por la ciudad, se encuentra con tres obreros que están trabajando en una construcción y le pregunta al primer obrero – ¿qué está haciendo? Estoy poniendo ladrillos uno encima del otro, dice el primero. La misma pregunta se la repite al segundo obrero. Estoy construyendo una pared, es la respuesta del obrero. Pero el tercer constructor se hincha de orgullo cuando la señora le hace la misma pregunta y responde: ¡Estoy construyendo una catedral!
- No hacer una comunicación constante, corta y llamativa.
Para que la sostenibilidad corporativa sea efectiva y verdadera debe ser un trabajo de todos. Se necesitan acciones diarias y formas de pensar que, al tomar una decisión, ya tengan en cuenta si esto ayuda en el largo o corto plazo a la compañía.
Las personas no cambian en un día, por eso es muy importante que las comunicaciones sean constantes y cortas, pero que impacten lo suficiente para que vayan haciendo mella en su mentalidad.
- Centrarnos en lo negativo en vez de en el progreso realizado.
En temas como el cambio climático, siempre se tiende a ser fatalistas (y con razón, desde el acuerdo de Kyoto de 2007 se han puesto límites para frenar el calentamiento global que se han ido ampliando año tras año, ahora mismo estamos intentando no llegar al 1,5º de aumento de temperatura). Esto es una estrategia de shock, cuando en realidad para generar un cambio verdadero hay que concienciar a la gente y esto se hace contando el progreso realizado.