Manuel Mostaza, director de Asuntos Públicos de ATREVIA, reflexiona en el periódico El Mundo sobre los resultados de las recientes elecciones en Estados Unidos. A continuación os compartimos un pequeño extracto del artículo:
La abrumadora victoria de Donald Trump ha sorprendido mucho a este lado del Atlántico y plantea diversos interrogantes y algunas preocupaciones. Que en un sistema presidencial el jefe del Estado tenga también bajo su control al Legislativo, con unos partidos cada vez más irrelevantes, le otorga una fuerza que no va a ser fácil de limitar, al menos durante los dos primeros años de mandato. Por si esto fuera poco, y a diferencia de hace ocho años, el Trump que ganó ayer está inmerso en un gran número de procesos judiciales que no auguran nada bueno en lo que respecta a la separación de poderes a lo largo de los próximos tiempos. Y no parece prudente que un perfil como ese acumule tanto poder.
Si la tendencia en los sistemas presidenciales es hacia la polarización –creo que también hacia el autogolpe de Estado, pero esa es otra historia–, la trayectoria política de Trump es un buen ejemplo de cómo el populismo ha enraizado en las democracias occidentales, acentuando la deriva polarizadora del sistema en el que opera. Todo esto nos recuerda que no hay sistemas eternos y que la democracia liberal, el único sistema que merece la pena a estas alturas de la Historia, es más frágil de lo que pueda parecer.