Núria Vilanova, presidenta de ATREVIA y del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI), ha publicado una nueva tribuna de opinión en Diario Las Américas, en la que resalta una vez más las ventanas de oportunidad que se abren en la región. Compartimos a continuación el contenido completo de su intervención:
Este 19 de julio, día de Iberoamérica, es un buen momento para reiterar la plena vigencia de una idea en la que creemos firmemente en el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI): es tiempo de creer y crear en Iberoamérica. Creer en las virtudes y potencialidades iberoamericanas para, desde ellas, trabajar con el objetivo de impulsar un mejor futuro para la región.
Hablamos de una región dinámica, emprendedora y fuertemente conectada por lazos históricos y culturales que no puede entenderse sin la activa comunidad latina residente en EEUU, especialmente en los estados sureños como Florida. La diáspora hispana que se ha afincado en Norteamérica, que se ha integrado y ha contribuido al desarrollo y dinamismo económico y social del país ha logrado expandir las fronteras de lo que a día de hoy entendemos por Iberoamérica, aportando solidez y futuro al conjunto de la región.
Por ello es esencial mantener, cuidar y tener en cuenta a la comunidad latino-estadounidense, que desempeña un papel clave a la hora de asegurar el desarrollo del tejido empresarial tanto al norte como al sur del continente americano. Asimismo, la comunidad latina norteamericana, en especial la de Florida, está ganando protagonismo durante los últimos años en las inversiones que llegan a Madrid procedentes de EEUU y que, sin lugar a dudas, está estrechando los lazos que unen a Miami con la capital española, creando un nuevo y dinámico corredor que conecta ambas orillas del Atlántico y abre nuevos polos de desarrollo regional.
En un contexto actual marcado por la complejidad y la incertidumbre, y pese a las actuales dificultades económicas, Iberoamérica es una región en la que afloran innumerables ventanas de oportunidad: basta con mirar alrededor y saber detectarlas.
Por ejemplo, en el marco del actual proceso de nearshoring a través del cual numerosas empresas estadounidenses están acercando su producción al mercado de consumo final, Iberoamérica cuenta con una clara ventaja competitiva: su posición geográfica estratégica.
A ello se añaden el rol clave de colaboración que puede jugar la comunidad empresarial hispana de Florida y de todo EEUU; la gran disponibilidad de mano de obra existente en la región y la eficiencia demostrada de su modelo de zonas francas, que pueden resultar en una sólida atracción de inversiones, en la generación de nuevas cadenas regionales y en el aumento de la participación regional en las cadenas de valor globales.
Por otro lado, Iberoamérica es sinónimo de futuro por su gran apuesta sobre la industria tecnológica que, con un impulso sin precedentes en los últimos años, se ha convertido en una de las puntas de lanza del crecimiento económico regional. En este campo, la porción europea de la Comunidad Iberoamericana ((España y Portugal)- destaca en términos de digitalización y automatización y los países latinoamericanos, por su parte, se encuentran a la vanguardia mundial en inversión en startups digitales. En esta línea, tal como revelaba el estudio Por qué Iberoamérica, publicado recientemente por CEAPI, solo en 2021 15.336 millones de dólares de inversión de capital de riesgo fluyeron hacia la región -más que lo recibido en la década previa-, con un dominio especial de las Fintech y el comercio electrónico, que aglutinaron más del 64% de este capital.
Una región imprescindible
Creemos, también, que la economía mundial del siglo XXI (inclusiva, sostenible y basada en energías renovables) no se puede construir sin Iberoamérica. En esa nueva matriz de desarrollo, nuestra región tiene un papel no solo importante sino decisivo que cumplir. En sostenibilidad porque América Latina es una de las zonas con mayor biodiversidad del mundo. Además, en cuanto a las energías renovables, los países iberoamericanos son potencias en hidráulica, eólica o solar, así como en capacidad para generar hidrógeno verde. Iberoamérica tiene todas las condiciones para convertirse en un hub global de energía renovable. Lo que el resto del mundo desee hacer en materia de sostenibilidad y desarrollo de nuevas fuentes de energía lo tendrá que hacer contando con Iberoamérica. De hecho, la UE y EEUU ya están mirando a la región como alternativa energética tras la invasión rusa a Ucrania.
Su riqueza en recursos naturales se transforma en una ventana de oportunidad. Por la abundancia de los commodities que necesitan UE y EEUU para esa transformación energética y en su búsqueda por construir economías más sostenibles. Uno de los elementos clave para ese tipo de desarrollo -por ejemplo, la agricultura sostenible- es el agua y el 33% del agua dulce del mundo está en la región. O el litio, del que posee el 85% de las reservas mundiales. En este sentido, a pesar de que en la coyuntura actual están bajando los precios de algunas materias primas, éstas siguen siendo clave y lo serán cada vez más en un mundo que aspira a la sostenibilidad total. Como región exportadora de recursos naturales esenciales, ello permitirá la entrada sostenida de divisas a Iberoamérica a largo plazo.
Creer que Iberoamérica es fundamental para la consolidación de la democracia a escala mundial y para la construcción de economías sostenibles social y medioambientalmente implica “crear” y trabajar para diseñar ese futuro desde nuestro presente. El mundo está cambiando y transformándose a gran velocidad e Iberoamérica tiene los mimbres para cumplir un rol mucho más importante en esa transformación.
Es necesario crear un nuevo marco de relación entre gobiernos y ciudadanía para la reconstrucción económico-social tras la recesión y el parón productivo, a lo que se añaden ahora las consecuencias de la guerra en Ucrania. El objetivo es alcanzar un crecimiento con desarrollo a largo plazo y que preserve los equilibrios sociales y medioambientales. En paralelo, el esfuerzo se debe dirigir a diseñar en Iberoamérica administraciones públicas eficientes que creen el marco adecuado para construir una matriz productiva diversificada basada en la innovación y en sólidas alianzas público-privadas. En definitiva, la región tiene por delante importantes retos y desafíos. Pero se trata de una región que cuenta con la potencialidad suficiente para convertirse en un actor global relevante en términos políticos y económicos.