Recientemente, La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado la tribuna de Núria Vilanova titulada ¿En qué idioma piensan las máquinas?, en la que pone el foco en el español como idioma, y el papel que juega y jugará éste dentro de la Inteligencia Artificial.
«No basta con ser parte del mundo digital. Como afirma Rebeca Grynspan, secretaria general Iberoamericana, “tenemos que ser decisivos, no contentarnos con que nos escriban el futuro; tenemos que escribirlo también”.
Pero existe una dificultad añadida. Iberoamérica carece de una estructura política capaz de impulsar iniciativas para abordar con solvencia este tipo de desafíos. Una tarea que debe asumir la sociedad civil, tanto las instituciones como las empresas. Si no lo conseguimos, el futuro de nuestro idioma, como ha afirmado el directivo de una gran empresa tecnológica, se decidirá en Silicon Valley y en el futuro los niños no tendrán acento colombiano, mexicano o argentino, sino acento de sintetizadores de voz como Siri, Alexa o Google Home.
Evitarlo exige medidas para normalizar el uso del idioma, creando un español común para personas y máquinas que evite su fragmentación, empobrecimiento y fragilidad. Iniciativas como el proyecto impulsado por la Asociación de Academias de la Lengua Española ‘Lengua Española e Inteligencia Artificial’, del que forman parte empresas como Telefónica, Twitter, Amazon, Facebook o Microsoft. Todas ellas recurrirán a las herramientas de la Real Academia Española para el buen uso del lenguaje en las aplicaciones, asistentes de voz, procesadores de texto, buscadores, chatbots, o redes sociales que desarrollen.
Estamos sentando las bases de una nueva dimensión de la comunicación en la que el español, un idioma que hoy usan más de 580 millones de personas, tiene que ser protagonista. Solo lo conseguiremos si personas y máquinas que tomen decisiones que afecten a nuestras vidas piensan en español. No podemos fracasar. Es nuestra responsabilidad que nuestro idioma común siga siendo decisivo.»
Si quieres leer de forma completa la tribuna de Núria Vilanova en La República, puedes hacerlo aquí