La página web continúa siendo el elemento central de cualquier estrategia corporativa en el entorno digital. Sin embargo, la sobreinformación, también en este medio, dificulta cada vez más que los sitios logren diferenciarse frente al resto, algo fundamental para captar la atención de una audiencia saturada y cada vez más exigente, cuyas necesidades evolucionan a la misma velocidad que su contexto. ¿Cómo deben responder las empresas? Tecnología y creatividad son factores interdependientes para conseguir hacerlo… y hacerlo bien.
Y, como la información es poder… compartimos algunas de las tendencias que toda organización debe tener en cuenta.
Priorizando el acceso móvil
Que el smartphone se ha convertido en la fuente principal de acceso a Internet no es nada nuevo, pero sí conviene seguir recordándolo. Principalmente, porque muchas organizaciones continúan descartando un diseño responsive de su página web. Es decir, no está pensada para que los usuarios puedan consultarla desde cualquier dispositivo, sino exclusivamente desde el ordenador.
Esta decisión, actualmente, no se sostiene: los smartphones tienen una cuota de acceso a la red del 52%, frente a la del 43% que registran los ordenadores. Ninguna empresa puede seguir ignorando los nuevos hábitos de consumo de información de sus clientes.
El rendimiento crece en importancia
Lograr el mayor rendimiento, más que una tendencia, debe considerarse uno de los objetivos preeminentes de cualquier página bien diseñada. Lo fundamental es brindar la mejor experiencia posible a los usuarios, algo que automáticamente implica prescindir de cualquier elemento innecesario que solo reste a la navegación: imágenes, vídeos pesados, textos infinitos, pantallas invasivas, diseños recargados… El minimalismo ha llegado para quedarse, en todos los sentidos, y todo lo que reste velocidad de carga o facilidad en la navegación debe quedar excluido.
Interactividad y personalización
Hace años que las webs estáticas y egocéntricas quedaron desplazadas por la irrupción de la Web 2.0 o web social, cuya principal característica es la interactividad. El modelo clásico de comunicación unívoca y unidireccional que consistía en emitir los mensajes que interesan a la empresa para que los reciba un consumidor pasivo es cosa del pasado. Ahora nuestros clientes son parte del discurso: interactúan con él, generan sus propios contenidos, son un agente activo en la construcción de la marca, y eso debe reflejarse en nuestra web. Por ello, no deben faltar espacios que posibiliten su participación y su feedback, así como es positivo que encuentre opciones de acceso a una navegación personalizada por el sitio, como el ingreso mediante registro con sus datos.
Más contenido audiovisual y más animaciones
Si las imágenes ‘valen más que mil palabras’, ¿qué decir de los vídeos? Suponen el 78% de todo el contenido que se consume en la red, por lo que las marcas están destinadas a reforzar progresivamente su apuesta por el audiovisual como contenido estrella de su estrategia. La mejor solución pasa por elaborar vídeos de duración breve, para un consumo rápido, con un diseño atractivo y con información de interés para nuestra audiencia. Lo mismo ocurre con las animaciones: en su justa medida, aportan el dinamismo que no permiten las imágenes estáticas. Tampoco deben ser el colmo de la complejidad; un simple movimiento en el fondo o sobre los elementos de la imagen bastará para captar mejor la atención de los usuarios.
Storytelling
La información nunca genera tanta respuesta como las buenas historias. Sin perder de vista nuestros objetivos de comunicación, podemos crear nuestra marca y nuestra identidad haciendo uso de un buen discurso transmedia. Podemos utilizar diferentes canales y diferentes mensajes para orquestar un relato que consiga conectar con el cliente. En esta labor, el componente emocional será determinante para lograr un vínculo de calidad con nuestros usuarios basado en la confianza, la fidelidad, y en el hecho de haber demostrado que marca y clientes se identifican con los mismos valores.
Tecnología al servicio del usuario
Los comandos por voz, chatbots y búsquedas cada vez más avanzadas para sitios web conviven hoy con las técnicas más tradicionales. No son ninguna novedad, pero seguirán siendo tendencia por mejorar la experiencia del usuario.
Las herramientas tecnológicas emergen en función de las nuevas necesidades, y el boom que en esta dirección ha traído consigo el 2020 y la digitalización a contrarreloj de todos los ámbitos, como ha ocurrido, por ejemplo, con los eventos, ya no tiene marcha atrás. Por eso, lo más importante es estar al día de todas las novedades y atreverse en su aplicación para estar a la altura de las expectativas. Mostrar decisión, conocimiento y capacidad para incorporar las novedades tecnológicas podrá significar nuestra continuidad frente a aquellas otras empresas que se muestren menos preparadas para adaptarse al nuevo panorama.