¡El tiempo vuela! Y eso es algo que nuestra sociedad tiene más claro que nunca. Esperar ya no entra en nuestros planes y cada vez menos en los de las generaciones venideras. El hecho de quererlo todo, aquí y ahora, ha propiciado el auge de las redes sociales reinas de la instantaneidad, pero también de lo efímero, como son Snapchat, Periscope y Facebook Live.
Estos nuevos canales han revolucionado la forma en la que nos comunicamos. Aunque para muchos sean aún herramientas desconocidas y algunos sólo las consideren ‘flor de un día’, es innegable que han conseguido cautivar a esas generaciones que, igual que ellas, son jóvenes e impredecibles: los Millennials y la Generación Z.
Que un target tan atractivo como los consumidores de entre 12 y 25 años acudan en masa a una vía para expresarse y acceder a la información pone en alerta a las empresas y a los medios de comunicación. ¡Una nueva oportunidad para llegar a más gente!
Periscope y Facebook Live están dando mucho juego a los medios de comunicación, que ya no necesitan llevar consigo un gran equipo técnico para emitir en directo. Snapchat está proporcionando a las marcas otra forma más cercana y emocional de acercarse a los clientes. Sin embargo, el carácter repentino que reina en estas redes sociales no debe hacer caer a las compañías presas de la prisa.
Las empresas ya tienen experiencia en el mundo del marketing en las redes sociales, o deberían tenerla, por lo que deben ser conscientes de que, por muy desenfadada que sea una red social, las publicaciones y estrategias de una marca diseñadas para aparecer en ésta no deben realizarse deprisa y corriendo. El contenido de estas redes es efímero pero su impacto no y cualquier fallo o propuesta mal enfocada en ellas puede suponer un daño reputacional para la marca muy difícil de reparar.
Por este motivo, minusvalorar estas nuevas plataformas de publicaciones fugaces o el poder de sus consumidores podría ser un error fatal. Al fin y al cabo, las recientes generaciones de canales sociales no han perdido lo que el psicólogo y filósofo Burrhus Frederic Skinner apuntaba como esencia del éxito de las redes sociales: alcanzar metas y recompensas, ejercer poder y formar parte de un grupo social. ¡Qué viva lo instantáneo!