La integración de los mercados globales ha transformado los flujos de inversión, impulsando un aumento significativo del capital latinoamericano en Europa. América Latina no solo es un destino para fondos extranjeros, sino que también se ha convertido en exportadora de capital y fuente de innovación. Hoy, la región es un actor global cada vez más influyente, que se expande más allá de sus fronteras en busca de nuevos mercados y oportunidades estratégicas. Europa, madura, estable y rica se ha convertido en un foco clave de esta expansión hacia el exterior.
Las empresas latinoamericanas han consolidado una posición sólida en Europa, especialmente en España. En las últimas décadas, España se ha posicionado como el principal destino europeo de la Inversión Extranjera Directa (IED) latinoamericana y, a menudo, el segundo a nivel mundial, solo por detrás de Estados Unidos. Según el Global LATAM Report 2025, elaborado por ICEX e Invest in Spain junto con la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), la IED latinoamericana en España alcanzó los 66.840 millones de euros en 2024, concentrando Madrid el 67,1% de esas inversiones. Si bien España sigue siendo la principal puerta de entrada, la inversión se está extendiendo cada vez más a otros mercados europeos, ya sea utilizando a España como plataforma de lanzamiento o accediendo directamente a sectores y geografías estratégicas.
En este contexto, donde la IED europea hacia América Latina también se mantiene robusta y el interés de los inversores en las grandes empresas latinoamericanas sigue creciendo —especialmente en transición energética, infraestructuras y transformación digital— la comunicación estratégica se convierte en un factor diferenciador decisivo. Su papel: amplificar la visibilidad de la propuesta de valor de América Latina y, al mismo tiempo, reducir activamente la percepción de riesgo.
Varios pilares de la comunicación sustentan este esfuerzo. Primero, es vital comprender y segmentar con precisión a los públicos de interés. Más allá del ecosistema mediático, las estrategias de comunicación deben involucrar a quienes influyen directamente en las decisiones de inversión, la valoración de activos y los entornos regulatorios, como instituciones financieras, analistas, responsables políticos, asociaciones empresariales e influyentes internacionales.
En segundo lugar, la comunicación debe articular una narrativa de crecimiento creíble, una equity story basada en resiliencia, desempeño y oportunidades a largo plazo. La cobertura mediática europea tradicionalmente se ha centrado en la incertidumbre política, la volatilidad regulatoria y los desafíos sociales. Una estrategia eficaz debe reequilibrar proactivamente esta percepción, resaltando la sólida rentabilidad histórica de las empresas latinoamericanas, la estabilidad macroeconómica en mercados clave y la creciente diversificación sectorial. Dar visibilidad a campeones regionales de alto desempeño, pero poco conocidos, los llamados “campeones ocultos”, es fundamental para mostrar sus estándares de gobernanza, excelencia operativa y clara ambición internacional.
Un tercer pilar es la localización y contextualización. Un comunicado corporativo emitido desde una capital latinoamericana puede no entenderse correctamente en Europa si no se adapta el mensaje. Comunicar eficazmente hitos de inversión u operaciones corporativas requiere enmarcar los éxitos locales en términos europeos, por ejemplo, vinculando las oportunidades sectoriales con las prioridades propias de Europa en competitividad, innovación, sostenibilidad, equidad social… Esta traducción mejora la comprensión entre las audiencias europeas y refuerza la legitimidad al situar la inversión dentro de una agenda global compartida.
La transparencia y el acceso a la información forman otro pilar fundamental. Ganar confianza implica garantizar la disponibilidad de datos financieros auditados, reportes de sostenibilidad cada vez más alineados a directivas europeas como la CSRD y métricas ESG claras. El acceso directo al liderazgo senior puede además humanizar a las compañías y ofrecer una visión de primera mano sobre estrategia empresarial y realidad de mercado.
Por último, la reputación digital y los medios propios son ventajas estratégicas que no deben subestimarse. Desde las 12 oficinas de ATREVIA en América Latina y nuestros equipos en España y Europa, acompañamos a las compañías en este salto estratégico, desarrollando estrategias de relaciones públicas robustas para construir credibilidad y complementándolas con amplificación digital: tribunas de opinión en medios influyentes, contenidos de alto valor como informes y white papers, y posicionamiento de thought leadership a nivel global. Comunicar la inversión en Europa ya no es solo difusión, es un ejercicio estratégico de branding financiero y gestión de riesgo. Exige precisión técnica, inteligencia cultural y visión a largo plazo para transformar la percepción de riesgo en confianza. Las empresas latinoamericanas ya están dejando huella en sectores como retail, belleza, energía, tecnología, infraestructuras… La pregunta ahora es si los inversores y las instituciones financieras europeas ¿están cruzando ese mismo puente y logrando la visibilidad y el reconocimiento que buscan en América Latina?
Por Patricia Cobo, directora de comunicación financiera, ATREVIA


