Extremadura: el secreto mejor guardado de España
En un mundo donde el turismo se ha convertido en muchos lugares en una experiencia masificada y predecible, Extremadura emerge como ese rincón de España donde el tiempo conserva su ritmo pausado y auténtico. Como bien expresa Victoria Bazaga, Consejera de Turismo, Juventud, Deporte y Cultura de la Junta de Extremadura, en su charla con ATREVIA: «Mi papel es explorar políticas que lleven, sobre todo, la mejor calidad de vida de los extremeños. Ahí es donde tengo que trabajar». Esta filosofía impregna todo lo que hace única a esta región: un destino que no solo muestra sus atractivos, sino que cuida a quienes lo visitan y a quienes lo habitan.
Extremadura es la materialización perfecta del slow travel, ese concepto que va más allá de una moda turística para convertirse en una auténtica forma de entender el viaje. Aquí no encontrarás fotos forzadas para redes sociales, sino experiencias genuinas que permanecen en la memoria. Como confiesa la propia consejera cuando le preguntan por su lugar favorito: «En cualquier lugar de la dehesa extremeña, bajo una encina, en un paisaje de primavera o de otoño, es maravilloso estar».
Esta conexión con la naturaleza se manifiesta en cada rincón: desde el Parque Nacional de Monfragüe, santuario de aves donde el silencio solo se rompe con el vuelo de los buitres, hasta el Valle del Jerte, que cada primavera se viste de blanco con millones de flores de cerezo. Son paisajes que invitan a caminar sin prisa, a perderse por senderos donde el único GPS es la curiosidad.
El legado histórico de Extremadura es tan vasto como fascinante. La consejera Bazaga no duda al recomendar: «El Festival de Teatro Clásico de Mérida en el Teatro Romano es algo muy especial”. Es un teatro de 2.000 años, con 3.500 localidades y con obras que ya no se dan prácticamente en ningún otro lugar. Es el teatro más importante del Mediterráneo».
Pero la riqueza cultural va mucho más allá:
- La ciudad histórica de Cáceres, donde cada piedra cuenta historias de caballeros y conquistadores
- Los yacimientos arqueológicos que, como señala Bazaga, «nos están dando muchas sorpresas. El Turuñuelo, los yacimientos de Medellín… le dan un valor extraordinario»
- Pueblos como Guadalupe, con su imponente monasterio declarado Patrimonio de la Humanidad
- Deporte, gastronomía y una apuesta por la igualdad
Extremadura es también tierra de contrastes y oportunidades. «En Extremadura todo lo que sea deporte al aire libre… somos la comunidad que más invierte en deporte por persona», destaca la consejera. Desde rutas de senderismo por Las Hurdes hasta la práctica de triatlón en entornos naturales privilegiados, la región ofrece infinitas posibilidades para los amantes del deporte en naturaleza.
La gastronomía es otro capítulo aparte. Cuando se le pregunta por su comida preferida, Bazaga responde con entusiasmo: «El queso. Creo que además tenemos una gama de quesos que podría alimentarme solamente de queso”. Y es que la tradición ganadera de la región se traduce en productos de una calidad excepcional: jamón ibérico de bellota, migas extremeñas, calderetas… Una cocina honesta que habla del territorio.
Pero quizás lo más inspirador es el compromiso social que transmite la consejera: «Si tuviera dinero ilimitado, mi proyecto sería que las mujeres pudieran vivir en Extremadura en igualdad de condiciones, que cada una desarrollara el sueño que tuviera». Un mensaje que extiende a las jóvenes: «Que no dejen de soñar, que nada las limite… que abran mucho la mente porque a veces nos creemos que la vida es solo lo que tenemos alrededor y hay mucho que ver».
Cáceres 2025: el reconocimiento que Extremadura merece
La elección de Cáceres como sede de la V Convención Turespaña en 2025 no es casual. Como primera ciudad de interior que acoge este evento, representa un giro en la concepción del turismo español. Extremadura ofrece justo lo que muchos viajeros buscan hoy: autenticidad, sostenibilidad y experiencias profundas.
Como reflexiona Victoria Bazaga: «Creo que crear oportunidades a los extremeños y a las extremeñas, con el carácter que tenemos, y a todos los que están viniendo a vivir con nosotros, es realmente darles la llave para tener un proyecto de vida». Esta misma filosofía se aplica al turismo: Extremadura no es un destino que se consume, sino que se vive y se comparte.
En un momento en que el turismo masivo muestra sus limitaciones, Extremadura se presenta como esa alternativa necesaria: un lugar donde el viajero puede reconectarse con lo esencial, donde cada encuentro es genuino y cada paisaje cuenta una historia. Como bien resume la consejera: «Me siento orgullosa de poder ayudar, de estar en este primer gobierno de mujeres para sacar adelante esta Extremadura que necesita converger con el resto de España y de Europa».
Descubrir Extremadura es, en definitiva, descubrir una forma más auténtica de entender el viaje y, quizás, la vida misma. Un secreto que, con iniciativas como la Convención de 2025, está listo para ser compartido con el mundo, pero sin perder nunca su esencia. Como esos quesos que tanto enamoran a la consejera, Extremadura es un producto con denominación de origen de autenticidad, que sabe mejor cuando se saborea con tiempo y atención.