La llegada de la Inteligencia Artificial (IA) a los departamentos y áreas de Comunicación y Relaciones Públicas de las Compañías está marcando un antes y un después. Automatizar tareas y personalizar mensajes son solo el comienzo. Cada tweet, cada interacción, es un dato que, bien analizado, nos abre ventanas a nuevas oportunidades y estrategias.
Me gustaría resaltar dos áreas en la que creo que la IA generativa va a generar una diferencia competitiva importante.
El Análisis de Datos
Cuando pensamos en herramientas de IA generativa como ChatGPT, Copilot, Claude y otras, usualmente consideramos su utilidad en la gestión de contenidos, resúmenes de texto y análisis de audiencias. Sin embargo, un ámbito en el que la IA predictiva ha sido crucial, y que se potencia aún más con la IA generativa, es el análisis de datos. Herramientas como ChatGPT Plus no solo avanzan en esta área, sino que también destacan en interpretación de códigos, abriendo nuevas posibilidades en Data Analytics ya que permiten analizar grandes volúmenes de datos y convertir texto en datos estructurados, respectivamente.
Gestión del Conocimiento
Uno de los usos más impactantes de la IA generativa es en la creación de sistemas de gestión del conocimiento, tanto corporativos como de equipo. Herramientas como ChatGPT y Copilot facilitan la creación de bases de conocimiento dinámicas que pueden transformar la manera en que las organizaciones acumulan, procesan y distribuyen información. Estos sistemas no solo optimizan la gestión del conocimiento, sino que mejoran la colaboración dentro de los equipos, permitiendo a todos los miembros acceder a información actualizada y relevante que potencia su trabajo diario.
Utilizan tecnologías de búsqueda cognitiva para procesar y entender el lenguaje natural de manera más eficiente, permitiendo respuestas rápidas a consultas complejas. Facilitan la búsqueda y actualización de información a través de funciones como autocompletado inteligente y sugerencias de búsqueda. Esta capacidad mejora significativamente la productividad, facilita la integración de nuevos empleados, optimiza la gestión de proyectos y atención al cliente.
En cualquier caso: un gran poder conlleva una gran responsabilidad. La ética en la gestión de los datos que manejamos se vuelve crucial. Establecer políticas sólidas de privacidad es esencial para proteger la información sensible y mantener la confianza de nuestros clientes. Además, la capacitación continua de nuestro equipo en estas tecnologías es fundamental. No basta con saber usar las herramientas; nuestros empleados deben entenderlas y dominarlas para maximizar su potencial sin comprometer nuestros valores éticos.
Integrar la IA en nuestros procesos diarios supone desafíos significativos, desde la resistencia al cambio hasta la complejidad de los sistemas. Quienes sepan integrar esta tecnología de manera ética y efectiva no solo mejorarán su competitividad, sino que también liderarán el camino hacia una industria más innovadora y responsable.