La aplicación del Big Data y, sobre todo, de las tecnologías más disruptivas como el Machine Learning, Inteligencia Artificial e Internet de las Cosas van a suponer una auténtica revolución en el ámbito laboral puesto que supondrán la introducción de máquinas en el desempeño de muchas profesiones y puestos de trabajo.
Frente a las previsiones fatalistas que prevén la destrucción de empleo en los próximos años, se sitúa una línea de pensamiento más optimista que vislumbra un mundo mejor con unos empleos de mayor calidad y más creativos. Según un estudio de la consultora Gartner, 1,8 millones de trabajos desaparecerá para 2020, pero al mismo tiempo revela que la creación de empleo irá a un ritmo más veloz, que conllevará la aparición de 2,3 millones de empleos nuevos en todo el mundo. En el tramo de 2020 a 2025, la Inteligencia Artificial creará por si sola otros dos millones más.
Son muchos los ejemplos de profesiones que se verán afectadas por la aplicación de estas tecnologías. En medicina, las pruebas realizadas a través de Inteligencia Artificial arrojan mejoras de hasta un 20% en los diagnósticos realizados y mejora los resultados de todo lo que requiera pruebas gráficas, in situ, toma de muestras para posteriormente emitir un diagnóstico. Según José Luis del Cura Rodríguez, jefe de sección de Radiodiagnóstico del Hospital Basurto de Bilbao, el empleo de 9.000 radiólogos en España podría estar en peligro si no se reinventan.
Los empleados de bancos, tiendas o supermercados serán sustituidos por dispensadores inteligentes con reconocimiento de voz incorporada. También los abogados corren peligro ya que los grandes despachos están aplicando ya Inteligencia Artificial para la resolución de casos, análisis de jurisprudencia, comparativas históricas, etc. que reducen drásticamente tanto la duración de los casos como las personas que intervienen en tareas de campo. En el caso de los periodistas, la confección de noticias en tiempo real se realizara por potentes motores de web crawling y RRSS que procesan y redactan información sin prácticamente intervención humana.
¿Estamos los consultores de las agencias de comunicación a salvo de esta amenaza? Está claro que nuestra profesión al igual que la del resto de los profesionales que hemos señalado deberá evolucionar y ofrecer otros servicios de mayor valor añadido. Esto supone un gran avance al dejar de realizar tareas mecánicas, rutinarias y repetitivas y, a su vez, sustituir ese tiempo y esfuerzo por labores donde el aspecto psicológico y emocional jugará un papel prioritario y se valorará más las habilidades sociales como la cercanía y la empatía con nuestros clientes.