Según un informe de la Comisión Europea sobre el Impacto del Cambio Demográfico del año 2020, “el 20% de la población europea tiene más de 65 años, y se estima que para el año 2070 esta cifra ascienda al 30%.” En el caso de España, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en algunas Comunidades Autónomas ya casi se llega a este 30%, y se estima que en el resto se llegará para el año 2050. Estos datos hacen pertinente la siguiente pregunta: ¿cómo se va a sostener este sistema a largo plazo? Para resolver el desafío al que se enfrentan los países europeos aparece la Silver Economy como una aliada que se abre paso cada vez con más firmeza.
La Silver Economy o economía de la longevidad se centra en los productos o servicios orientados a atender las necesidades y motivaciones de las personas mayores. Por ello, las políticas relacionadas con esta economía abarcan de manera prioritaria áreas relacionadas con la salud y los cuidados e incluyen los últimos avances tecnológicos. Pero no sólo tienen beneficio para las personas mayores, sino que pueden tener un impacto muy positivo en toda la economía.
El incremento de la esperanza de vida y del bienestar de los ciudadanos en Europa han derivado en un aumento de la población de mayor edad, lo cual ha causado dos de los principales retos demográficos en varios países europeos, como España: la sostenibilidad del sistema de pensiones y la despoblación.
Este reto demográfico tiene una doble vertiente, por un lado, es complicado mantener un sistema de seguridad social y servicios públicos si hay más gastos que ingresos, y si cada vez hay más áreas de la geografía española que se definen dentro de la llamada “España vacía”. Por otro lado, todo desafío también se puede ver como una oportunidad; en tanto que los consumidores mayores tienen una serie de características muy atractivas para estimular la actividad económica, puesto que : están libres de cargas económicas, tienen ganas de hacer lo que no han podido hasta ahora, les gusta cuidarse, hacer deporte, divertirse y estar activos, son fieles a sus marcas y consumen más que personas de otras edades, y tienen más tiempo libre que dedican a actividades de cultura y ocio. Además, tienen necesidades específicas relacionadas con sus limitaciones físicas y psíquicas. Este grupo por tanto puede proporcionar oportunidades de mercado para potenciar la economía que incluyen innovación, emprendimiento, impulso de nuevas profesiones, y más puestos de trabajo.
Según señala el informe Silver Economy, encargado por la Comisión Europea, las áreas que más oportunidades presentan en la economía plateada son: salud y cuidados, robótica, turismo plateado, servicios de cuidados integrados y mejor conectividad, desarrollo de una entorno construido adaptado a las necesidades de la edad, incluyendo soluciones para hogares inteligentes, conocimiento para un estilo de vida activo y saludable, universidades aptas para las personas mayores, coches sin conductor, empresarios de edad avanzada, y la aceleración del desarrollo de determinados productos y servicios. Por otro lado, la innovación en productos tecnológicos y digitales es un punto clave dentro de esta economía, ya que una de las características principales de sus consumidores es que necesitan cuidados y facilidades relacionadas con las limitaciones físicas y psíquicas que acompañan a su edad. Por tanto, para potenciar la Silver Economy se necesitan inversión y recursos.
Entender el aumento de la población de mayor edad como una oportunidad para fomentar un sector económico que puede crear empleo y muchas oportunidades de mercado, en vez de como una gran amenaza sin aparente solución es clave para el futuro del país y el continente en los próximos años. Si se fomenta la economía del envejecimiento, se crea empleo, se activa un determinado sector económico y se ayuda a la estabilidad del sistema de pensiones. Además, estas políticas tienen un gran nicho de actuación en la denominada “España vacía”, en la que se encuentra gran parte de la población de mayor edad, y que puede dar oportunidades laborales a todos los jóvenes y adultos que se marchan en busca de empleo.
La Unión Europea lleva años avanzando en estrategias y legislación entorno a la digitalización y el envejecimiento. Ya en el año 2010 la Unión Europea publicó su primer Libro Verde en pro de unos sistemas de pensiones europeos, sostenibles y seguros, en el que – entre otras cosas – se permitía a los trabajadores de más edad permanecer más tiempo en el mercado laboral y se intentaba reforzar el sistema de pensiones. Además, en el año 2011 la Comisión Europea creó la Asociación Europea para la Innovación sobre un Envejecimiento Activo y Saludable (EIP – AHA), que persigue la innovación y la transformación digital en el campo del envejecimiento activo y saludable, y que tiene tres objetivos principales: mejorar la calidad de vida de las personas mayores, mejorar la competitividad, y crear sistemas sociales y de salud sostenibles y eficientes.
En el año 2018 la Comisión Europea adoptó una Comunicación sobre la Habilitación de la Transformación digital de la Salud y de los Cuidados en el Mercado Único Digital, que pretendía asegurar que dos de los aspectos más importantes ahora mismo para la Unión europea, digitalización y envejecimiento, se unan de manera positiva para el beneficio de la sociedad. Además, la Comisión Europea realizó en junio de este año un informe junto al Parlamento Europeo, el Comité Económico y Social y el Comité de las Regiones sobre el impacto del cambio demográfico. Este informe da inicio al trabajo de la Comisión en este ámbito y constituirá la base para el futuro Libro Verde sobre el envejecimiento (el cual se prevé que será presentado en el año 2021), y la visión a largo plazo para las zonas rurales.
En este momento, las transiciones verde y digital son los pilares fundamentales en los que se sustenta el Fondo de Recuperación y Resiliencia impulsados en la Unión Europea para ayudar a los Estados miembro a salir de la crisis pandémica. En este contexto, en el que se deberán reforzar los sistemas de salud, de seguridad social, las condiciones de vida de las personas mayores (uno de los grupos más afectados por la pandemia), a la vez que se fomente un impulso a la economía, apostar por la Silver Economy parece una buena estrategia. El Fondo de Recuperación y Resiliencia dará los recursos y la inversión necesaria para hacer todo esto, y para dar un impulso a la economía al tiempo que se garantizan los cuidados, y se apuesta por disminuir las amenazas que conlleva uno de los mayores retos demográficos a los que nos enfrentamos.
Artículo de Marina López, del equipo de Public Affairs de ATREVIA