Esta semana, Carmen Sánchez – Laulhé, presidenta de ATREVIA México y vicepresidenta ATREVIA para la Región Andina y Brasil, ha sido entrevistada en Metro Ecuador, ocasión que ha aprovechado para hablar sobre el crecimiento de ATREVIA en Ecuador y en toda América Latina, así como de nuestro compromiso con la igualdad, con la sostenibilidad y con proyectos de impacto social.
Cuéntanos, ¿qué es ATREVIA y cómo están presentes en el mundo?
ATREVIA es una compañía que lleva 35 años en el mercado. Actualmente somos más de 600 personas que conformamos la agencia, en 15 países.
Nuestra presidenta y fundadora Núria Vilanova, es un ejemplo de liderazgo femenino. Es por eso que aparte de ser una de las primeras compañías de comunicación en firmar el compromiso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el objetivo de género lo tenemos en el ADN por cómo iniciamos.
En Ecuador cumplimos 10 años, en los que hemos mantenido un crecimiento constante e importante. Del 2022 al 2023, cerramos con un crecimiento en torno al 30% y en los últimos años no ha sido inferior. En el país, somos un equipo de más de 30 personas que estamos en Quito, Guayaquil, Manta, Imbabura, con mucha ambición y confianza para seguir creciendo y desarrollando el mercado.
En Latinoamérica, somos sumamos cerca de 200 personas como parte de ATREVIA y hasta el año pasado crecimos de forma orgánica. En 2023, y como parte de nuestro plan estratégico para los próximos años, decidimos apostarle al crecimiento inorgánico con un plan de inversión de más de 10 millones de euros. Este 2024 cerramos la adquisición de Nueva Comunicación en Uruguay; Ulises (consultora externa en comunicación interna y cultura) y Microbio (agencia creativa) en España, y estamos en estudio de otras cuatro operaciones en Latinoamérica.
El año pasado cerramos con 43,8 millones de euros en facturación y el objetivo es cerrar este año alcanzando los 50 millones de euros.
¿Cómo pasa ATREVIA a formar parte del Directorio de la Cámara, a través de tu representación?
El motivo para que actualmente ATREVIA ocupe la presidencia de la Cámara, es porque es una compañía con enorme vocación institucional y de impacto social. Estamos muy involucrados en la vida gremial: soy presidenta de la Cámara Oficial Española de Comercio e Industria de Quito, pero también soy vicepresidenta de la Federación de Cámaras Binacionales y vicepresidenta de PRCA Latinoamérica, la mayor red de agencias de comunicación y relaciones públicas.
Además, como ATREVIA estamos muy involucrados en impulsar diferentes iniciativas de labor social, fortaleciendo su visibilidad y comunicación, por ejemplo, con ChildFund Ecuador, Sistema B Ecuador y con el proyecto “Sabores con Propósito”.
“Las empresas españolas vienen a Ecuador con una visión de mediano y largo plazo, porque confían y le apuestan al país, pero necesitamos seguir trabajando en fortalecer la institucionalidad si queremos que la inversión extranjera directa sea representativa y tenga un impacto económico y social real”.
¿Qué responsabilidades implica la actividad gremial?
La mayor responsabilidad dentro de un gremio es entender que no se trabaja para uno mismo ni para sus compañías, sino por una visión del bien común, de cómo impactar en el país y cómo ser útil. Un gremio que no aporta a la sociedad, está condenado a desaparecer.
Desde la junta directiva hemos tratado de impulsar mucha actividad entre los miembros de la Cámara, genera muchos espacios de networking institucional, oportunidades de generación de negocios, búsqueda de espacios de impacto social y de relacionamiento.
No es fácil lograr un equilibrio entre la vida personal y laboral. En realidad, dedico mucho tiempo al trabajo, pero soy muy cuidadosa con mi tiempo personal, el cual se lo dedico a gente que me aporta y quiero.
¿Cómo deberíamos pensar sobre el liderazgo femenino?
El liderazgo femenino debe ser empático y consciente, porque si bien ha habido una evolución importante y hoy somos más mujeres en puestos de liderazgo que hace cinco años, no significa que estemos en un nivel que quisiéramos.
El liderazgo trae una enorme responsabilidad porque no es tu voz la que está en ese cargo, es la de todas las mujeres que no la tienen. Es por eso que considero que una de mis responsabilidades es abrir espacios para las mujeres y también trabajar en el cambio de mentalidad.
Cuando no sea noticia que una mujer lidera una organización, habremos alcanzado esa equidad que estamos buscando.
Ojalá en pocos años no necesitemos un sistema de cuotas que asegure nuestros derechos, porque todavía hay organizaciones que si no es por esta obligación, no contrataría mujeres. Esto no significa que le dan un puesto a una mujer solo por ser mujer, porque hoy en día hay tantas mujeres extraordinariamente preparadas y con tanta experiencia que si escoges a la única persona que no lo está, la responsabilidad es tuya, no del sistema. Ahora, decir que una mujer tiene un puesto por ser mujer, es una falacia.
¿Cómo ves el panorama bajo esta reflexión?
Soy optimista. Vemos una evolución positiva, pero queda mucho por hacer. El World Economic Forum dice que tardaremos en alcanzar un panorama de igualdad en más de 200 años, ojalá seamos capaces de cambiar mucho antes.
Pero debemos mirar más allá de la presencia de mujeres en puestos directivos. No nos olvidemos que en Ecuador se asesina una mujer cada 23 horas por ser mujer, que en 2022 nacieron casi 2000 bebés de niñas de entre 10 y 14 años, entre otras realidades que tenemos que aspirar a cambiar desde esos puestos de liderazgo.
Las empresas españolas vienen a Ecuador con una visión de mediano y largo plazo, porque confían y le apuestan al país, pero necesitamos seguir trabajando en fortalecer la institucionalidad si queremos que la inversión extranjera directa sea representativa y realmente tenga un impacto económico y social real.