El inicio de las políticas alimentarias de la UE está caracterizado por un paulatino proceso de integración vertical con Directivas y Reglamentos independientes para productos específicos (agua mineral, miel, mermeladas…). El segundo paso fue la integración horizontal: regular aspectos comunes para la mayor cantidad de productos posibles (etiquetado, radiación ionizante, alimentos ultracongelados…). El tercer paso, en cambio, fue un poco más brusco, consecuencia de las crisis de pánico alimentario sufridos en Europa entre el ’80 y ’90 que dieron lugar a la publicación de un informe sobre salud y seguridad alimentaria y la creación de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), cuyo principal objetivo era restaurar la confianza de los consumidores (y definitivamente lo han logrado).
El impacto de aquella tercera ola regulatoria marcaría lo que terminaría siendo un símbolo de identidad de la UE: los más altos estándares fitosanitarios del mundo y una confianza casi ciega del consumidor europeo.
Teniendo en cuenta estas consideraciones previas, la pregunta es inevitable: ¿En qué punto nos encontramos hoy? Podemos afirmar que estamos viviendo una cuarta ola: la ola de la sostenibilidad alimentaria. Pero ¿qué implica? Y, sobre todo, ¿cuáles serán los desafíos regulatorios?
Nicola del Valle, de nuestro equipo de Public Affairs desde nuestras oficinas en Bruselas, lo aclara en un nuevo contenido para La Batidora, el hub de comunicación sobre alimentación de ATREVIA.
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