
Iberoamérica vive un momento de transformación económica y un auge del emprendimiento, donde los empresarios tienen un rol fundamental en el desarrollo y la innovación. En este contexto, nuestra presidenta y fundadora, Núria Vilanova, ha participado en El Independiente para destacar cómo la educación y el apoyo a las nuevas generaciones son claves para dar continuidad al legado empresarial y fortalecer el crecimiento de la región. A continuación, os compartimos su tribuna:
Iberoamérica es reconocida como cuna de grandes emprendedores y familias empresarias. De líderes que han creído en sus países, que han creado grandes negocios, y que han sido promotores de un auténtico crecimiento económico y social de la región. El legado de personas como Carlos Slim, Jaime Gilinski, Piero Coen, Stanley Motta o de familias como Bulgheroni y Luksic -todos ellos socios del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI)- ya pertenece a la historia de los negocios internacionales y son la mejor prueba de que Iberoamérica existe por decisión y empuje de sus empresarios, aquellos que creen, crean y crecen en la región.
Y es que los empresarios de primera generación en España y América Latina han demostrado con hechos que la región tiene capacidad y determinación para competir a nivel global; pero la economía mundial está en constante cambio. El tiempo presente o futuro no es más fácil o difícil que el pasado; simplemente, es diferente, con otros conocimientos y formas de hacer negocios. Así, el reto más importante al que se enfrenta Iberoamérica -acelerar el crecimiento económico- pasa por asegurar que los jóvenes empresarios e inversores tengan las herramientas y la visión para continuar con esta vocación empresarial iniciada por sus padres y abuelos. Aquí es donde la educación y el fomento y apoyo al emprendimiento entran en la ecuación, y nuestra región es una gran experta en estas materias.
Cada año se gradúan en Latinoamérica 4,3 millones de universitarios. Solo en España, por primera vez, se ha superado el millón de estudiantes extranjeros. Y de ellos, uno de cada tres (el 35%) procede de América Latina, creando un nexo estable sustentado tanto en conocimiento y experiencias como en personas.
Simultáneamente, Latinoamérica se ha consolidado como una región dinámica en términos de emprendimiento, con numerosos casos de éxito y una creciente interrelación inversora con España. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), actualmente existen más de mil startups en el territorio latinoamericano, valoradas en conjunto en más de cien mil millones de dólares y empleando a casi 250.000 personas. Del mismo modo que, en solo en seis años, las startups Fintech han crecido un 340% hasta situarse por encima de las 3.000.
Nada de esto hubiera sido posible sin esa primera generación de emprendedores que hace ya muchas décadas hicieron realidad propuestas que, en su momento, fueron arriesgadas. Es el caso de Diego del Alcázar, que en la España de los años 70 fundó el IE, una propuesta educativa inédita que hoy es una universidad en la que estudian más de 2.000 estudiantes latinoamericanos; o María Benjumea que, en 2012, en los peores momentos de la crisis financiera, creó South Summit, una plataforma centrada conectar innovación, emprendimiento y financiación, hoy presente en tres continentes y que llegó a Latinoamérica en 2017, contando actualmente con una edición anual en Brasil.
María y Diego forman una pareja que ha contribuido activamente a que España y Latinoamérica compartan espacio educativo, y promuevan la colaboración, el desarrollo y la inversión en proyectos innovadores en ambos continentes. Unos méritos por los que ambos han sido galardonados con las Medallas de Honor de CEAPI. Su visión y su esfuerzo han contribuido a que España se consolide como un lugar clave para la formación de futuros líderes que tienen en América Latina un espacio de oportunidad y expansión; así como a que Iberoamérica sea un hoy un espacio dónde innovación, emprendimiento y financiación van de la mano.
Dicen que la mejor manera de predecir el futuro es construirlo. IE y South Summit son dos ejemplos de ello y dos iniciativas que responden a ese ADN emprendedor que comparte toda Iberoamérica y que hacen posible que las futuras generaciones no solo se beneficien del legado construido por María Benjumea, Diego del Alcázar y una larga lista de empresarios, sino que lo transformen y lo hagan crecer.