Esta semana, La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado la tribuna de Núria Vilanova titulada Las marcas frente al coronavirus, en la que la presidenta de ATREVIA vuelve a reflexionar sobre la tesitura ocasionada por la propagación de la COVID-19, un momento que fuerza un ejercicio de redefinición tanto a nivel particular como desde una óptica empresarial.
«Aquellas marcas que antepongan lo colectivo a lo individual, hoy más que nunca, estarán trabajando para construir su reputación presente y futura.
En España, donde ya llevamos dos semanas en estado de alarma, hemos visto a empresas como Inditex confeccionar y ceder material sanitario o a la cadena Room Mates ofrecer hoteles para el descanso de sanitarios y evitar que contagien a sus familiares. Hoy están creando un vínculo que permanecerá en la memoria de todos. Como adelanta nuestro director de director de Reputación y RSE en ATREVIA, Manuel Sevillano, “cuando esto pase, la ventaja competitiva nos la dará el reconocimiento que se haga, o no, de nuestra responsabilidad y compromiso”.
Volvamos los ojos a China. Allí ya está ocurriendo. Nuestra agencia ‘partner’ nos cuenta cómo se está instalando una “nueva normalidad”. El país empieza a vivir el día después. Con un consumidor que ya no es el mismo. Hay ya ganadores y perdedores. Las marcas que se han posicionado como los aliados de la recuperación del país están ganándose el corazón de los ciudadanos. Las consideradas oportunistas, o las que no hacen nada, corren el riesgo de romper para siempre su empatía.
La comunicación, incluida la publicitaria, ha cambiado en China. El día después no será el momento de grandes campañas de promoción como las de antes. Sí de campañas de propósito y de empatía, vinculadas con el proyecto de reconstrucción, pero también con las necesidades de la gente, incluidas las psicológicas. Tomemos nota.
La sociedad espera de sus empresas que tomen la iniciativa y ejerzan una responsabilidad social con resultados tangibles. Quienes lo hagan y, además lo comuniquen con eficacia, se están ganando un sitio en un mundo que, pasada la crisis, será diferente. Lo dicho, no hay tiempo que perder».
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