Esta semana, La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado la tribuna de Núria Vilanova titulada Lecciones que nos deja el coronavirus, en la que la presidenta de ATREVIA reflexiona sobre las actuales circunstancias derivadas de la propagación del Covid-19, que ya afecta a todos los ámbitos de la esfera pública, personal y empresarial, y cómo deben reaccionar las organizaciones para superar esta crisis con éxito.
»La primera idea es tomar conciencia de a qué nos enfrentamos. El director de Asuntos Públicos de ATREVIA, Manuel Mostaza, ha hecho un ejercicio en este sentido, y no ha dudado en afirmar que nos encontramos ante un ‘cisne negro’, término que se refiere a aquellos “sucesos que nadie ha previsto con antelación, con impacto demoledor, y a los que tratamos de encontrar una causa predecible”. Lo que sí sabemos es que “su extensión es la consecuencia de la consolidación de la globalización a nivel mundial”
(…) La segunda es que no podemos subestimar los riesgos; está en juego la supervivencia de nuestros negocios. Los planes de crisis hace tiempo que dejaron de ser opción para ser obligación. Ahora, esta pandemia nos confirma que de su eficacia depende la supervivencia de las compañías y estos planes deben mirar tanto hacia dentro (capital humano y recursos propios de la empresa), como hacia fuera (proveedores, clientes y Administraciones).
La última idea es estudiar y aprender de todo lo que está ocurriendo, valorando en cada sector qué medidas están siendo efectivas y cuáles no. En ATREVIA lo estamos haciendo mediante el análisis las medidas adoptadas en el sector retail en varias partes del mundo. Provisionalmente, podemos sacar una serie de conclusiones. La primera es que actuar con contundencia frente al coronavirus abre la oportunidad de posicionarse como referente de buenas prácticas a nivel nacional ofreciendo medidas rápidas y eficaces ante nuestros empleados, público y Administraciones.
Y, por último, el consejo de ir más allá de las recomendaciones oficiales, transmitiendo control de la situación y reforzando la confianza de nuestros públicos internos y externos. (…) Ante una crisis global hay que asumir que todos los empleados son vitales para mantener la reputación de la compañía. Basta que un solo trabajador se salte las recomendaciones para que sus consecuencias sean virales; mientras que por el contrario pueden ser agentes activos para posicionar a la organización como una empresa responsable tanto en materia de salud como para evitar posibles desabastecimientos, por ejemplo.
Si quieres leer de forma completa la tribuna de Núria Vilanova en La República, puedes hacerlo aquí