La República, uno de los diarios económicos y financieros más importantes de Colombia, ha publicado la última tribuna de la presidenta de ATREVIA, Núria Vilanova, titulada Por qué (ahora) Iberoamérica. Comencemos por el final. Iberoamérica no existe como sistema político. Sin embargo, es un espacio económico dinámico, en expansión y con muy buenas expectativas. A una cultura que gana peso en el mundo y a las sólidas relaciones sociales de sus habitantes, se suman varias generaciones de empresarios que crean y creen en el marco de Iberoamérica.
«En un momento en el que las desinversiones de algunas multinacionales, la pandemia o cambios de tendencia política proyectan sombras en la región, un informe realizado por el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (Ceapi) ha identificado seis claves por las que sería un error dejar de apostar por Iberoamérica.
– Riqueza en recursos naturales. Mientras en Europa peligra el acceso a la energía y materias primas, España y Portugal pueden ser puente para materiales como el litio, el cobre y otros minerales necesarios para el sector tecnológico, de los que América Latina dispone de forma relevante. Una región que también concentra 33% de las tierras cultivables y agua potable del mundo.
– Atractivo mercado inversor. El espacio empresarial iberoamericano sigue densificándose. España, con una media de US$12.000 millones anuales, es el segundo mayor inversor en una región donde están entrando con fuerza Reino Unido, Francia o Corea del Sur. Simultáneamente, la inversión latinoamericana en España ha crecido un 92% en una década hasta, por ejemplo, controlar empresas como FCC, Ohla, grupo Vips, o Campofrío, acelerando la presencia de estas compañías en Estados Unidos, el resto de Europa u Oriente Medio.
– Expansión del nearshoring. La posición geoestratégica de América Latina, sus lazos con España y Portugal, o la necesidad de contar con centros de producción más cercanos a grandes mercados como Estados Unidos o Europa generarán un nuevo dinamismo en la región.
– Potencial del capital humano. La formación es clave para cubrir la demanda de profesionales vinculada al nearshoring. Hoy hay en América Latina 32 millones de estudiantes universitarios y 4,5 millones de graduados anuales. Compartir idioma, la creciente calidad de la enseñanza, o un sector empresarial en auge serán fundamentales en este proceso.
– Innovación y talento emprendedor. Con más de 40 unicornios valorados en más de 1.000 millones cada uno, Iberoamérica despierta interés en todo el mundo como espacio emprendedor: solo en 2021 los flujos de capital de riesgo alcanzaron los US$15.700 millones en América Latina.
– Compromiso empresarial con la transformación social. La mayoría de las compañías están comprometidas con el medioambiente, la sociedad y la gobernanza. Empresas que hacen negocio y además hacen el bien; o que hacen el bien haciendo negocio. En todo caso, cuanto más crezcan estas compañías, más capacidad de transformación tendrán.
Volvamos al inicio. Hay una transferencia del liderazgo político al económico en la construcción de Iberoamérica. Hoy son las empresas las que apuestan por Iberoamérica, convencidas de generar un retorno positivo en términos de empleo y bienestar. Para ello, es necesario que los Gobiernos iberoamericanos, incluido el que pronto se formará en Colombia, comprendan que los empresarios son agentes del cambio, los mejores aliados de la transformación social. Los primeros necesitan hechos; los segundos seguridad jurídica. Y, todo ello, desde la mutua confianza. Porque, ahora, cuando se construye el mundo postpandemia, es la gran oportunidad para Iberoamérica. Construyamos una alianza para ganar juntos el futuro».
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